madrid. Después de medio siglo enfrentándose al papel en blanco y considerado uno de los grandes nombres del cómic internacional, el dibujante francés Moebius se convierte ahora en un personaje más de sus viñetas con Inside Moebius, un "juego de espejos" cargado de reflexiones, sueños y preguntas sin respuesta.
El teniente Blueberry, Arzak o el Mayor, sus personajes más emblemáticos, se encuentran en las páginas de este cómic autobiográfico de seis partes en el que Moebius se ha permitido "abusar de la paciencia del lector, revelando problemas personales que sobrepasan una reflexión filosófica culturalmente aceptable", explicó a Efe. Una obra que Moebius resume como una sucesión de "improvisaciones" y que vincula sin complejos a su decisión de "dejar definitivamente la marihuana", tras trabajar durante décadas con sus "liberadores" efectos y preocupado por la dificultad de discernimiento entre "el placer físico de goce y la apertura espiritual" que reporta esa droga. Dibujante, guionista, creador de diseños para películas y videojuegos, Jean Giraud, que desde 1963 firma sus obras como Moebius, ha trabajado en dos ocasiones para Marvel y a sus 69 años mantiene su inagotable imaginación en plena forma.
Creada en 2001, Inside Moebius se traduce ahora por primera vez en España (Norma Editorial), con la publicación de un primer tomo para descifrar el rostro más íntimo de Giraud, una obra destinada a sus más fieles seguidores que el autor duda si va a ser "entendida" por aquellos que no le han leído. Cuando se lanzó a dibujar en su cuaderno en blanco, a los 65 años, Moebius pretendía expresar sobre el papel su experiencia de abandonar la marihuana, sin ninguna intención de publicar esas páginas. La inercia le llevó a enfrentarse también a sus propios personajes, a alejarse de su "verdadero yo" para entablar un diálogo desconcertante con sus propias fantasías y realidades. "Vivo en la idea de que soy el maestro del juego, el Dios", confiesa Moebius entre carcajadas, "y, convirtiéndome en un personaje más, no soy un humano sino una criatura bidimensional sometida a la voluntad del dibujante". Pero el dibujante es él y el resultado un juego de espejos en el que cada personaje, incluido el Moebius ilustrado, reclama su espacio. Entre esos personajes se encuentra Osama Bin Laden, que irrumpe en el desierto que dibuja Moebius, fuma un porro en su presencia y participa en un diálogo sobre la naturaleza del ser humano y la decadencia moral.