HAY locales que dejan huella, como es el caso de Casa Polvorilla, en Portugalete, un establecimiento hostelero emblemático para paladares exquisisitos, donde los caprichos a base de marisco han sido siempre garantía de éxito en el paladar. Para alegría de sus parroquianos, tras un cierre que les había dejado huérfanos de sus delicias marineras, acaba de abrir sus puertas recientemente tras un completo restyling. Sin perder un ápice de su esencia, ha cobrado nueva vida.

Ahora, uno de los locales con más arraigo en la villa portugaluja, donde se inauguró en 1924, vuelve a conquistar a los clientes de la mano de su nueva gerencia, dispuesta a mantener vivo este símbolo de tradición y prestigio en el municipio.

“La responsabilidad es enorme, pero la ilusión y ganas de mantener abierta esta institución hostelera la dobla con creces”, expresaba la nueva gerencia de clientes-amigos de Miguel Polvorilla con motivo de la inauguración, a principios de este mes de junio.

Espíritu marinero-marisquero Su reto es continuar con esta tasca marinera a modo de homenaje a los Santamaría, siendo Miguel y Alfredo sus últimos capitanes. Con esta intención, continúa su espíritu marinero-marisquero, gracias a sus consejos, experiencia y cercanía desde el otro lado de la barra. Así, siguen haciendo disfrutar a quien les visite de los magurios, nécoras, langostinos y demás cascarillas, a lo que añaden la posibilidad de tomar una copa o algo para picar, mientras se disfruta de “música de la de antes”.

Además, Casa Polvorilla presenta La Mesa Mahaia, un espacio especial para reuniones de amigos, donde celebrar un acontecimiento familiar e incluso reuniones de trabajo. El cliente la solicita y ellos la preparan con todo detalle, seguros de que “les va a encantar”.