Bilbao - Seguramente hasta ayer no eran muchos los espectadores que conocían el término mockumentary, que puede traducirse como falso documental. Operación Palace se ha convertido en la emisión no deportiva más vista en la historia de La Sexta y fue líder del domingo con 5.229.000 espectadores y el 23,9% de cuota (274.000 seguidores y 26,5% de share en la CAV, donde también fue el espacio más seguido). Sin embargo, no todo el mundo aprueba este género.

José María Izquierdo -subdirector de El País, director de Informativos de Canal+ y después de los de Cuatro y de CNN+-, aseguró a DEIA que no le gustó el programa. "Nada. Sobre todo por aparecer revestido de la capa de periodismo comprometido, por decir algo, de la que se ha cubierto Évole en su última etapa. Es más propio de sus años de Follonero con Buenafuente. Ganar credibilidad es difícil y no hay que perderla por un experimento, a mi juicio, bastante infantil. Porque engañó, directamente, al hacer jugar el papel de actores a quienes no lo eran y que allí aparecían con su caracterización real, y no la de figurantes. Tampoco entiendo, la verdad, por qué y para qué se prestaron. Esa era la parte, la única posible, de que una bobada de aquel calibre resultara creíble? para quien confiaba en unos y otros. Hacer esa broma en Vaya Semanita no es igual, o no debería serlo, que hacerlo bajo el sello de Salvados. Wells hizo otra cosa, Operación Luna era otra cosa. Évole -y quienes se han prestado a la farsa- han mentido. Y jugar con el engaño nunca es bueno. Para nadie".

José Antonio Guardiola, director de En portada, explicó que la primera vez que vio un falso documental se indignó, "pero no con el autor. Me indigné conmigo mismo por mi propia ingenuidad. Reconozco que es un género que me atrae y que respeto bajo tres premisas: que se aborde un tema controvertido y no del todo esclarecido, que el autor y los personajes-actores tengan credibilidad y que al final del documental se reconozca su falsedad. Nosotros mismos, en En Portada, nos planteamos celebrar nuestros primeros treinta años con un falso documental sobre el programa. Lo descartamos. Creo en el rigor como principio básico del periodismo. Bien, pues no definamos como periodismo el Salvados del domingo. Llamémoslo de otra manera y así no se sentirán ofendidos quienes consideren que unas gotas de humor agrietan la solidez de su oficio. Pero no creo que un periodista sea menos riguroso por desdramatizar, por reírse de sí mismo o incluso de nosotros. Ocasionalmente, claro. Évole ha arriesgado y sólo por eso le aplaudo".