Roma. El Tribunal de Milán condenó ayer a los diseñadores italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana a un año y ocho meses de cárcel por un delito de evasión fiscal de casi 1.000 millones de euros. Asimismo, la jueza estableció que deberán resarcir al fisco italiano, estableciendo una cantidad provisional de 500.000 euros.

El caso juzga la supuesta evasión fiscal que pudieron llevar a cabo mediante su firma Dolce&Gabbana, que creó una sociedad con sede en Luxemburgo bajo el nombre de Gado que constaba como la propietaria de algunas de las marcas que forman parte del grupo, pero que en realidad se gestionaba desde Italia. De este modo, según la Fiscalía, las ganancias derivadas de la explotación de la marca tributaban en el extranjero y no en Italia.

Ambos estilistas estaban acusados además de haber cedido las marcas que forman parte de su imperio a la sociedad Gado por 360 millones de euros, un valor muy inferior al real según la acusación, que lo cifra en unos 700 millones. "Gado era una construcción artificial y funcional destinada a conseguir la ventaja fiscal que se obtuvo (...) Gado tenía solo una pequeña oficina en Luxemburgo en un edificio y no había ninguna actividad en ella, porque la actividad verdadera estaba toda en Italia", afirmó el fiscal. Agregó que en este proceso había existido una tendencia a "mantener a los imputados un poco fuera del asunto porque los testigos decían que no se ocupaban de estas cosas, que son solo creadores. Pero Dolce y Gabbana son sujetos que se han beneficiado en mayor medida de la operación, en el momento en el que Gado está controlada en un 80% por Dolce&Gabbana".

El 30 de marzo, la Comisión Tributaria ratificó la multa impuesta en noviembre de 2011 de 343,4 millones más intereses contra Dolce y Gabbana por la evasión fiscal, que se cuantifica en 416 millones por cada modisto y otros 200 por la sociedad Gado.