EL alcohol no suele ser buena compañía, pero si se mezcla con famosos la combinación tiene muchas posibilidades de ser un escándalo. Por ejemplo, Gérard Depardieu evitó ayer a la Justicia francesa al no acudir a la audiencia en la que debía responder por haber provocado un pequeño accidente al conducir en estado ebrio en París el pasado noviembre. Su abogado explicó que al actor le fue imposible presentarse por estar preparando una película de "presupuesto importante" en los Balcanes. Insistió en que su cliente no ha intentado "escapar de la Justicia" y que sí acudirá cuando sea juzgado, dentro de unos meses, en un procedimiento penal. Al no haber estado presente en la audiencia que tenía ayer con un fiscal para negociar su declaración de culpabilidad, tendrá que sentarse en el banquillo por el delito de conducción en estado de ebriedad.

El 29 de noviembre, la Policía detuvo a Depardieu por provocar un pequeño accidente con su moto y constató que tenía 1,8 gramos de alcohol por litro de sangre, cuando el máximo permitido es 0,5 gramos. El actor se enfrenta a una pena máxima de dos años de prisión, la suspensión del permiso de conducir hasta tres años y 4.500 euros de multa. Depardieu no tuvo problemas de agenda para asistir el lunes por la noche a la ceremonia de entrega del Balón de Oro en Zúrich.

También el austríaco Helmut Berger, actor fetiche y pareja de Luchino Visconti durante doce años hasta la muerte del cineasta italiano en 1976, comenzó con mal pie su futuro paso por un reality alemán al encararse bebido al personal de un vuelo rumbo a Singapur. Berger, uno de los once participantes de una nueva edición de Dschungelcamp, versión alemana de La isla de los famosos, acudió el lunes por la noche al aeropuerto de Fráncfort "sin afeitar, con la cara hinchada, el cabello revuelto y borracho como una cuba", según el portal del programa que se emitirá por el canal RTL.

El artista, de 68 años, famoso actualmente más por sus excesos que por su faceta de actor, pasó el tiempo de espera hasta el despegue "de muy mal humor y con una botella de champán". Ya en el avión de la aerolínea Qantas rumbo a Singapur, el que fuera considerado en los años 60 y 70, "el hombre más bello del mundo", siguió consumiendo una cerveza tras otra hasta que el personal de vuelo se negó a ofrecerle más bebidas alcohólicas, según Bild. Ante la amenaza de aterrizar en Dubai y echarle del avión, Berger se calmó un poco pero no dejó de lanzar insultos al personal de vuelo y a hablar mal de los otros participantes de Dschungelcamp.

Winehouse, exceso de alcohol Por otro lado, una segunda investigación judicial sobre la muerte de Amy Winehouse confirmó ayer que murió por exceso de alcohol. La primera determinó en 2011 que su fallecimiento había sido "accidental" y posiblemente por consumo excesivo de alcohol, pero la investigación fue invalidada porque la magistrada no tenía las cualificaciones necesarias.

En esta segunda investigación, que tuvo lugar en Saint Pancras para esclarecer la muerte de la joven, la juez forense Shirley Radcliffe señaló que la cantante, fallecida el 23 de julio de 2011, tenía más de cinco veces alcohol que el límite permitido para conducir. Según Radcliffe, la cantante falleció por "tener unos niveles de alcohol generalmente asociados con la muerte" y que consumió de manera "voluntaria".