Los Ángeles. Nicolas Cage estrena mañana en EE.UU. El aprendiz de brujo, la sexta película que protagoniza en los últimos dieciséis meses, pero niega ser un adicto al trabajo. "No soy un adicto al trabajo, pero tengo necesidades, tanto creativas como personales, que necesitan ser atendidas", admitió el célebre actor, que desde marzo de 2009 ha lanzado Señales del futuro, G-Force: Licencia para espiar, Teniente corrupt, Astro Boy y Kick-Ass. Cage, quien según la prensa se encuentra en bancarrota, arrastra una deuda superior a los 10 millones de dólares por impago de impuestos. Además, Cage se ha refugiado desde diciembre en su papel como embajador de buena voluntad de la ONU y se ha embarcado en viajes a Kenia y Uganda donde se ha interesado por los niños soldados, el tráfico de personas, la piratería y las condiciones en que viven los presos comunes. "Para mí la fama es una carga extrema, por lo que he tratado de convertirla en algo positivo. Yendo a esos lugares puedo llamar la atención sobre esos temas y que se hable sobre las víctimas de esta situación, que es algo muy real en el mundo", manifestó Cage, de 46 años.

Por esa razón está muy satisfecho de su participación en El aprendiz de brujo, donde da vida a un hechicero, heredero de las enseñanzas del mago Merlín, que debe defender Nueva York de la amenaza que supone su gran enemigo, interpretado por Alfred Molina. "Esta obra es la síntesis de mi labor como trabajador social y del tipo de películas que quiero hacer", comentó. Balthazar, su personaje, "usa la magia para el bien del mundo, no para enriquecerse. Eso es lo que me atrajo de la cinta", agregó. No se cansa de repetir que su objetivo siempre es "entretener", y aquí vio la oportunidad perfecta de rodar un filme familiar, con elementos mitológicos y fantásticos, sin necesidad de usar "balas, violencia y sangre". "Creo en la magia", afirmó Cage. "Es algo muy simple. Es la imaginación combinada con el deseo de querer algo fervientemente, para crear un efecto en el mundo material. Si lo entiendes así, cualquier cuadro, un discurso conmovedor, un experimento científico o incluso una película son pura magia", agregó.

Dirigida por Jon Turteltaub -con quien Cage coincidió en su juventud en un instituto de Santa Mónica-, el reparto del filme, que rinde homenaje en muchos momentos a Fantasía (1940), lo completan Jay Baruchel, Alfred Molina y Monica Bellucci. "Fantasía fue la primera película que vi en mi vida", recordó el ganador del Oscar por Leaving Las Vegas. "Siempre me quedaba a verla en Nochebuena y me dormía entre esas imágenes y esa música tan preciosas. Aún la veo cada año y me relajo con ella", declaró Cage.