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Histórico olvidado

Felipe Serrate, la gimnasia que le corría por las venas

Fue un hombre que hizo de la gimnasia todo un fenómeno en el enérgico Bilbao del siglo XIX

Felipe Serrate, la gimnasia que le corría por las venasBLOG DEL HISTORIADOR CÉSAR ESTORNES

El panteón de Felipe Serrate está ornamentado con el relieve de un discóbolo, ejemplo de la pasión que tenía este hombre por el ejercicio físico y la gimnasia, hasta el punto de que logró que la Diputación Foral de Bizkaia apoyase sus enseñanzas atléticas, por mucho que la civilización griega ya hablase de la necesidad de formarse en cuerpo y alma. Digamos que Felipe Serrate nace en 1831 en Lisboa accidentalmente ya que sus padres se habían exiliado por problemas políticos de época. Su padre era director de una compañía ecuestre en Cádiz y el mismo cargo desempeñaba un tío suyo en Lisboa. Su iniciación a la práctica gimnástica comienza a los once años en Sevilla en una academia que simultaneaba el baile y la gimnasia.

Fomentó el ejercicio físico como parte de la formación del ser humano y tuvo entre sus discípulos, a José Zamacois

Su afición por la gimnasia le llevó no sólo a la práctica sino al estudio reflexivo de su metodología. A los diecinueve años (1850) dirige un gimnasio en la calle Hortaleza en Madrid y poco después desempeña el mismo cargo en Cádiz (1854), en el Puerto de Santa María (1855), en Málaga y en Jerez. Nuevamente se traslada a Madrid y abre un salón gimnasio (1856) en la calle La Libertad, donde dirigió e impartió docencia de gimnasia durante dos años con escaso éxito. Fue profesor de gimnasia en los colegios San Nicolás y San Luis de Valladolid, simultaneando la explotación de un gimnasio higiénico y ortopédico de su propiedad. Ahí se movía: en el alambre.

Llegó a Bilbao al obtener la plaza oficial (eran tres los pretendientes...) de profesor de gimnasia del Colegio General de Bizkaia, que fue el primer centro docente que estableció la disciplina de gimnasia de modo oficial en todo el Estado. Tomó posesión de dicha plaza el 17 de diciembre de 1866. La plaza había estado ocupada en este colegio por Paulino Charlen, fundador de la educación gimnástica en Bilbao. La dimisión de esta plaza no supuso para Charlen el olvido de la gimnasia. Más al contrario, puso en marcha un gimnasio en la calle jardines y nombró monitor del mismo a Felipe Serrate, el nuevo profesor. La popularidad y el prestigio docente de la gimnasia propició la creación de una pequeña escuela gimnástica por obra y gracia de Felipe Serrate que contaba entre sus discípulos más sobresalientes a José Zamacois (uno de los impulsores del Athletic, ¿se acuerdan...?), que pronto abriría un nuevo gimnasio en Bilbao.

En 1890 inventó un aparato contra incendios que fue adoptado por el parque de bomberos de Bilbao

La paralización de la vida de Bilbao a causa del sitio de la villa, tanto comercial e industrial como escolar obliga a Felipe a trasladarse a Santoña. A su regreso en Bilbao ocurría lo que en tantas partes: en todos los planos de nuevas escuelas o colegios había un sitio para el gimnasio pero no se hacía gimnasia. Se instaló, junto a profesores de música y dibujo, en un reducido salón de la calle La Merced, para impartir las tres clases de las que eran profesores. Sin embargo, un incendio destruyó el edificio y el gimnasio. Una vez reconstruido el inmueble se reiniciaron las clases, pudiéndose comprobar que mientras los alumnos de música y dibujo disminuían, los de gimnasia aumentaban. La fama de Felipe Serrate progresaba.

En 1886 abrió en la calle La Merced nº 5 el Gimnasio Higiénico Médico, y ese mismo año publicó la revista Ilustración Gimnástica, siendo su director y fundador. Su precio era de sesenta céntimos y se editaba en la imprenta de la viuda de Delmás, en el número 8 de la calle Correo.

En 1890 inventó y patentó un aparato salvavidas contra incendios, que debía ser muy eficaz, puesto que fue adoptado por el parque de bomberos de Bilbao. Años después se trasladó a la calle Particular, que luego se conocería como Ledesma, donde abrió el Gran Gimnasio Serrate, inaugurándolo el 8 de noviembre de 1893. Bilbao le tiene dedicada una calle.