Su presencia en el recuerdo de las personas amantes y estudiosas del euskera, se agiganta a la altura de un ser casi mitológico. La filología vasca le considera todo un pionero, uno de los padres grandes, todo un vendimiador de la palabra vasca. Aparece en escena Gotzon Garate, un jesuita que forjó su pasión en las aulas del colegio de San José de Durango, (allí tomó conciencia de lo vasco y se identificó con su lengua, el euskera, aunque fuese hijo natal de Elgoibar...) y que entremezcló pasiones diversas a lo largo de su vida: el euskera a pie de campo (un trabajo de campo de 30 años le llevó por infinidad de baserris para crear una de sus grandes obras, la recopilación de refranes vascos realizada en la publicación Atsotitzak...), la literatura policíaca – el detective euskaldun Jon Bidart tiene legión de seguidores...– la investigación académica y la docencia. Fue, la suya, una vida de innumerables aristas, ya ven. Como escritor, se engloba en la literatura del naturalismo de Émile Zola y del realismo de Honoré de Balzac.

Les decía que fue un hombre admirado en su campo. No en vano, viejos amigos se reúnen cada primero de mayo en un encuentro anual en memoria de Gotzon, quien solía contar que fue en el colegio de jesuitas de Durango, con doce años de edad, cuando tomó conciencia del valor de la lengua vasca y de la necesidad de defenderla, gracias a unos amigos azpeitiarras. Mucho tiempo después la prestigiosa Asociación duranguesa Gerediaga Elkartea le concedió el premio Argizaiola por su ingente labor a favor del euskera.

Jamás se perdía la Durangoko Azoka y, siendo miembro de la Compañía de Jesús y Doctor en Filosofía, impartió clases como profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Deusto. Ejerció de promotor de la cátedra de Filología Vasca en ese centro en 1976 y llegó a ser catedrático de la misma. Su contribución al estudio de la lengua vasca es amplia y de importancia. En su bibliografía destaca la publicación de Erdarakadak (extranjerismos), obra que señala y explica frecuentes errores de los vascoparlantes, al ser una lengua diglósica. También es relevante, como les dije, la recopilación de refranes vascos realizada en la publicación Atsotitzak.

Es sabido que comenzó a escribir y publicar en euskera desde muy joven, con apenas 21 años. Colaboró con las revistas Jesusen Biotzaren Deia, Egan y Eusko Gogoa bajo el seudónimo Gomiga. Eran todas revistas en euskera vinculadas con la Iglesia católica que se permitieron en el franquismo. Además de estos primeros artículos, también cuenta en su haber varios trabajos sobre el marxismo. Se trata de obras universitarias, tanto en euskera como en castellano, como Karl Marx y los nacionalismos separatistas (Vitoria, 1974) o Marx eta Nazioa (Bilbao 1972). Con treinta libros publicados en euskera, Gotzon Garate Goiartzun es uno de los escritores más leídos en esta lengua. Sus novelas y cuentos tienen varias reediciones, conjugando facilidad de comprensión con un euskera bello y rico. Su obra Izurri berria obtuvo el premio Resurrección María Azcue. Además de novelas policiacas, como les dije, también ha sido autor de libros de reportajes, dedicados a New York y la India. Esos viajes corresponden a su pasión por los idiomas. No en vano, fue un políglota de tomo y lomo y hablaba nueve lenguas (euskera, español, latín, griego, francés, ruso, inglés, alemán e hindi). Viajó a Moscú, donde estudió el ruso y las obras completas de Lenin en versión original, con objeto de conocer las fuentes del comunismo de la Unión Soviética, y también a los Estados Unidos, donde estudió el español de Nueva York, el spanglish. Asimismo, viajó a la India, donde estudió hindi. Una larga enfermedad se lo llevó a los 73 años.