Volar, teletransportarse, visión de rayos X o hacerse invisible son algunos de los poderes más deseados entre quienes han leído cómics o visto películas de súper héroes como Superman. Y si hemos nacido en el planeta Tierra, de momento la única solución para tener alguno de ellos es la tecnología.
Para percibir lo que el ojo humano no puede ver, un equipo de científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China ha creado unas lentillas que permiten detectar la luz infrarroja (que el ojo humano no puede ver) de forma parpadeante al estilo de código morse. En el estudio, publicado en la revista Cell, sus creadores aseguran que este tipo de luz se ve mejor incluso con los ojos cerrados.
Pero, además, estos dispositivos son capaces de distinguir los tipos de luces emitidas por una fuente de luz led y transformarlos en colores perceptibles como rojo, verde y azul en función de sus longitudes de onda. Las nanopartículas codificadoras que se utilizan podrían ayudar también a las personas daltónicas.
Invisibilidad
Por el contrario, la ciencia y la tecnología también son capaces de hacer invisible lo visible, como la piel. Un equipo de investigadores de las Universidades de Texas y Standford (Estados Unidos) ha desarrollado un método utilizando un colorante alimentario para hacer que la piel sea transparente y poder ver el interior del cuerpo sin aparatos específicos. El colorante utilizado es el llamado tartrazina que, al aplicarse sobre el cuerpo interactúa con las células de los tejidos blandos de manera peculiar y segura, además de que el efecto es reversible. Hasta ahora, solo se ha experimentado con roedores y aún quedan muchas pruebas antes de poder aplicarlo de manera segura en humanos.
En lo que respecta a su uso en la medicina, este tratamiento podría servir para detectar enfermedades de manera temprana. También se investigará si es posible aplicarlo a otros tejidos como los órganos.
¿Una capa invisible?
¿Y si hubiese un producto que hiciese imperceptible todo el cuerpo humano? Ese es el objetivo de la capa diseñada por Fecsa, empresa dedicada a la fabricación y suministro de productos textiles técnicos para el sector militar y laboral. Similar a la capa de invisibilidad que utiliza Harry Potter, este artilugio, aplicado en el ámbito militar, hace que los soldados sean invisibles ante cámaras y drones que detectan luz infrarroja. Su tecnología inhibe la huella térmica donde el calor corporal podría delatar su posición, especialmente en zonas boscosas o selváticas. La capa aún es un prototipo con el que se está experimentando para conseguir que sea un camuflaje efectivo en distintos entornos y con diferentes temperaturas. Eso sí, hay que tener en cuenta que es eso, un camuflaje, que no ofrece protección contra las balas, sino que es una prenda que se coloca sobre el equipo militar habitual.
Para otro tipo de usos, hace tiempo ya que empresas como la canadiense Hyperstealth Biotechnology han trabajado con materiales que teóricamente permitirían crear capas de invisibilidad.
Más recientemente, ingenieros de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Donghua en China presentaron una tecnología que lo conseguía. Para hacer desaparecer objetos a la vista se utilizan láminas transparentes con pequeñas lentes cilíndricas convexas.
Estas dividen la luz que las atraviesa en millones de diminutas partículas iguales, por lo que el ojo humano no es capaz de distinguirlas y crea la ilusión de invisibilidad.
Estos materiales podrían aplicarse a distintos sectores como el de los videojuegos, el cine, la ciencia o incluso el textil. De hecho, científicos de la Universidad de Wuhan (China) crearon InvisDefense, un abrigo para que las cámaras con IA e infrarrojos no detecten a quien lo lleva.
Cómo detectar la ‘invisibilidad’
En el ámbito militar, es muy importante pasar inadvertido al enemigo. Submarinos, cazas, soldados... Utilizan tecnología para no ser vistos. Pero China ha encontrado la manera de detectar a los cazas invisibles estadounidenses de quinta generación además de vehículos aéreos no tripulados o submarinos nucleares. Y lo hará gracias a un nuevo radar que detecta y localiza objetos mediante la transmisión de ondas electromagnéticas. El transmisor emite breves ráfagas de ondas en una dirección determinada que cuando chocan con un objeto vuelven al radar.
