Anna van der Breggen, la reina del Muro de Huy, siete veces emperatriz de esa colina de la Flecha Valona, campeona del Mundo en dos ocasiones, cuatro Giros en sus alforjas, tres años fuera de la competición, de retorno este curso al foco, brotó con la fuerza de los volcanes para vencer en Borja, famoso el pueblo por el Ecce homo.

Van der Breggen pintó la cara a sus rivales, que perdieron el marco. Se realzó la neerlandesa con un ataque formidable en el descenso del puerto del Buste, donde la carrera quedó prensada entre las mejores.

Gerritse continúa en el liderato, con su compañera Van der Breggen a cuatro segundos, Marianne Vos, a 10 y Demi Vollering a 21. El cerco de la Vuelta se estrecha.

Bajo la mirada de los molinos de viento, la neerlandesa encendió sus vatios para dar luz a una victoria epidérmica que festejó con rabia. Tanto tiempo aletargada, a modo de una célula durmiente, se despertó con furia en un descenso kamikaze que anunció Vollering, su némesis.

La campeona de la pasada Vuelta femenina quiso hacer palanca con una aparición sorpresa después de que en la subida se acelerara el pálpito de la carrera.

Respuesta de Van der Breggen

Se concentraron las mejores, con la líder Gerritse aún presente. Vollering hizo su apuesta, pero no le dieron ni un palmo de esperanzas. Todas en guardia. Unidas en la bajada, se serenaron. Ese instante de duermevela, ese sí es no es, lo capitalizó el río de lava de Van der Breggen, plena de potencia y de determinación para tomar por las solapas la victoria.

La primera en su regreso a la acción tras tres campañas alejada de los focos. Van der Breggen, que paró por su deseo de formar una familia, siguió vinculada al ciclismo desde el coche de dirección del SD Worx. El pasado curso Vollering y Van der Breggen, que anunció su retorno cuando dirigía a la neerlandesa, chocaron y eso supuso la salida de Vollering del SD Worx.

La relación era imposible. Ahora son enconadas rivales en la carretera. La Vuelta femenina es su campo de batalla. Vollering encendió la mecha y Van der Breggen estalló en Borja para gritar su regreso.