BILBAO. "Yo estaba muy seguro de entrar en el sprint porque habíamos hecho ayer un reconocimiento de la subida final (el segundo paso por el alto de El Vivero, a 14 kms. de meta) y sabía lo que me esperaba", ha dicho el corredor australiano en declaraciones difundas por su equipo.

"Resultó que tenía muy buenas piernas, aguanté el ascenso y sabía de ese grupo reducido que tenía una muy buena oportunidad de imponerme en el sprint", ha añadido, agradecido a los hermanos Yates, Adam y Simon, por "salir a la gran cantidad de ataques que ha habido en los últimos cinco kilómetros" de la etapa.

"Han estado genial porque así yo no he tenido que preocuparse por ninguna de ellas y he podido colocarme entre los cinco primeros en el sprint final. Y hoy he comenzado el sprint un poco antes, en lugar de esperar como lo hice en San Remo, donde me quedé encajonado", ha apuntado.

Su director deportivo, Neil Stephens, ha confesado que tenía puestas "esperanzas en llegar a la meta con Michael", aunque albergaba dudas por "lo difícil que le iba a resultar la última subida" al ganador de hoy. "Y al final fue simplemente él contra los escaladores", se ha congratulado

También ha destacado que "Simon Gerrans y Pieter Weening han ayudado al equipo de entrar en la subida final".