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Frank Schleck "solo probaba el Camelback" para cronos más largas

zumarraga. La UCI anunció el domingo que sacaría el bisturí para diseccionar el extraño asunto del pecho prohibido con el que Frank Schleck ganó el Criterium Internacional cuando este ni siquiera había acertado a identificar la raíz de la polémica. "Sigo sorprendido. Al inicio, ni siquiera entendía bien de qué iba esto", dijo ayer en Zumarraga.

El caso es que el luxemburgués, zanquilargo, el pecho blanco y entallado, lleno de huesos, rellenó su maillot con un artilugio que suplía sus enormes carencias aerodinámicas. Frank es una pared contra la que choca el viento. Se le cuela entre los brazos y se le enreda en la zona pectoral. Le genera turbulencias. Le frena. El chisme, a modo de quilla, subsanaba la deficiencia, pero en realidad, bajo la tela amarilla del maillot no se escondía ningún prototipo revolucionario: no era más que un Camelback, el viejo sistema de hidratación, muy utilizado en el mountain bike, que es, sencillamente, una bolsa de agua de la que sale un tubo con una boquilla de la que chupa el ciclista para saciar la sed.

Es, dice Frank, para lo único que lo usó. ¿En siete kilómetros de crono? "Sí", respondió el luxemburgués; "no pensaba para nada en si aquello me haría ganar o perder tiempo. Lo que estábamos haciendo era probar el material de cara a cronos más largas como las del Tour".