bilbao. A Patrik Sinkewitz su positivo por testosterona en un control por sorpresa en junio de 2007 y el posterior reconocimiento de su relación con la EPO y otras sustancias prohibidas, "algo sistemático en el T-Mobile", decía él, le sigue trayendo, casi tres años después, quebraderos de cabeza. Esta vez económicos. Förstina, una bebida refrescante con sede en Alemania, patrocinador personal antes de que Sinkewitz fuese cazado, le reclamaba, por dañar su imagen, una cantidad desorbitada de 300.000 euros que un juzgado de Kassel fijó en 80.000 tras una sentencia del pasado mes de enero.

El castigo económico debería de ser un ponderable más para hacer desistir a aquellos que persisten anclados en los viejos hábitos. Como los hermanos Szczepaniak, Kassel y Pawel, campeón y subcampeón del mundo sub"23 de ciclo-cross en el Mundial disputado el pasado mes de enero en Tabor, que han dado positivo por EPO para alumbrar un caso igual de impactante como lo fue la presencia de dos gemelos en el podio de un Campeonato del Mundo.

La EPO hallada en la sangre de ambos ciclistas, que de confirmarse lo apuntado por el análisis de la muestra A perderán su contrato con el poderoso Fidea belga de Wellens, Vervecken y Stybar, no es CERA, sino recombinante. Su búsqueda se agudizó después de que en las muestras tomadas antes de la disputa del Mundial, incluidas en el programa para elaborar el pasaporte biológico, los perfiles sanguíneos de ambos corredores levantaran las sospechas de los responsables de la lucha antidopaje.

Aunque fueron privados de poder degustar el momento en el podio de Tabor, si el contraanálisis ratifica el resultado, el podio del Mundial será para Arnaud Jouffroy (oro), Tom Meeusen (plata) y Marek Konwa (bronce).