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Un avión de pasajeros tiene que dar vueltas por el Mediterráneo al dormirse el controlador aéreo

El vuelo, que enlazaba París con Ajaccio (Córcega) no podía aterrizar porque la iluminación de la pista estaba apagada

Un avión de pasajeros tiene que dar vueltas por el Mediterráneo al dormirse el controlador aéreoFreepik

Los controladores aéreos son piezas clave en los aeropuertos, vitales para el aterrizaje y despegue de los aviones y para el control del espacio aéreo. Pues bien, en Francia han tenido un verano convulso con ellos, con huelgas en pleno mes de julio (días 3 y 4) por parte de 270 de estos profesionales, lo que conllevó la cancelación de cientos de vuelos en once aeródromos del país galo y afectó a un millón de pasajeros y también a uno de cada tres viajes que tenía origen o destino en España.

Además, tenían convocada otra para los días 18 y 19 de septiembre (también las hubo en 2024), aunque se desconvocó una semana antes y se aplazó a principios de octubre a la espera de los cambios en el Gobierno francés, que afectan al Ministerio de Transportes, que va a contar con un nuevo interlocutor para hablar con los sindicatos.

Un controlador la lía en Córcega

Pero no ha sido la única noticia que ha puesto de actualidad a los controladores aéreos del país vecino. El pasado jueves uno de estos profesionales provocó desde su puesto de trabajo que un avión de pasajeros tuviera que estar dando vueltas sobre el mar Mediterráneo sin poder aterrizar.

Ocurrió en un vuelo nacional que unía París con el aeropuerto de Ajaccio-Napoleón Bonaparte, el aeródromo de la capital y ciudad más poblada de la isla francesa de Córcega, situada en pleno Mediterráneo, al norte de la italiana Cerdeña. El avión se encontraba ya llegando a Ajaccio tras un viaje realizado con normalidad, pero no podía aterrizar en su destino. No era culpa de la niebla, del viento o de una lluvia extrema. Tampoco de un problema en el avión o de un incidente en la pista de aterrizaje.

Volando en círculos

La cuestión es que el controlador aéreo que se encontraba en el aeropuerto de Ajaccio se quedó dormido y dejó sin encender las luces de la pista, que permanecía totalmente a oscuras e imposible de divisar para los pilotos. Ante esa situación, los tripulantes decidieron dar una serie de vueltas en círculo sobrevolando el mar Mediterráneo, sin alejarse mucho del aeropuerto, esperando a que el controlador abandonara su inesperado sueño y ante la inquietud de los pasajeros. Así estuvieron en torno a 20 minutos, hasta que el controlador se despertó (o lo despertaron), se iluminó la pista y el avión pudo finalmente aterrizar en la pista de Ajaccio. La isla corsa cuenta con otros tres aeropuertos, situados en las ciudades de Bastia, Calvi y Figari.