Hipócrates, el famoso médico griego que aplicó sus tratamientos allá por el siglo IV antes de Cristo es uno de los culpables del asunto. Resulta que entre sus recetas se halla la que consiste en macerar vino y flores de ajenjo. Lo llamó, el sabio, vino de hierbas. Si hubiera sido italiano, con ese sentido de la mercadotecnia y el estilazo para las etiquetas y envoltorios tan transalpino, Hipócrates hubiera pegado un verdadero pelotazo. Pero el hombre era de Cos, una paradisiaca islita del Dodecaneso. Y le dio por la ciencia en lugar de por los negocios.

Así que hubo que esperar. En 1786, el turinés Benedetto Carpano comercializó un vino blanco mezclado con especias como el ajenjo y moscatel. Dicen que esa es la fecha del nacimiento del vermut. Pero sucede que unos años antes, como treinta, otros turineses, los hermanos Giovanni y Carlo Cinzano, herboristeros, ya habían inventado un vino rosso al que habían añadido azucares y algunas hierbas.

Y ya, la fecha realmente importante y definitiva: hace diez años, Bilbao Centro se alió con Cinzano para crear la ruta del vermut preparado y el concurso que premia al mejor de ellos. Este año, el de la década, han participado 112 locales. Exitazo. La final se celebró ayer tarde, a la hora del vermut torero, junto a la soleada terraza del Hotel Ilunion San Mamés de la capital vizcaína.

Habían alcanzado la cita definitiva seis alquimistas: Diana Castillo, de Bilbao Brasan; Andrea Salvini, de Nikkou; Carlos Montañez, de Gogoa Jon Abad, de Lucky Baster; Cristina Rodríguez, de Morrocotuda; y José Ramón González, de Morrocotuda Txiki.

El jurado del certamen lo formaron Giusseppe Santamaria, Brand Manager de Cinzano y director de su academia; el magistral bartender Gaizka Parcha; y el fundador de Secret Bilbao y experto en experiencias, Miguel Martínez de Toda.

Decidió la tripleta juzgante, tras mucho debatir para inclinar una balanza terriblemente complicada por la calidad de todas las propuestas, que el vermut ganador sería Eskerrik Asko, con sus gotas de txakoli y aromas a los míticos macarrones de Santiaguito. Así que fue José Ramón González, de Morrocotuda Txiki, en la calle Banco España 3, quien se llevó la gloria y el galardón: una reproducción del cartel diseñanado por la ilustradora bilbaina Higinia Garay.

Comandó el evento un dúo imbatible. El que forman la directora creativa de Bilbao Centro, Olga Zulueta, y su gerente, Jorge Aio.

Se encontraban entre la concurrencia el presidente de Bilbao Centro, Adolfo Lorente; los ediles Esther Martínez, Xabier Jiménez y Esteban Goti; Alberto Ruiz, de CECOVI; Silvia Díaz, de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo; Idoia Gutiérrez, de DEIA; la periodista Yaiza Arrizabalaga; el estilista Walter Baggi; el hombre para todo José Mari Amantes; Hugo Barreda, de Bilbon; o el rokero Jon Zuazola.

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Mucha presencia de profesionales del gremio, caso de la bartender Andreína Montañez, de Gogoa, en Doctor Areilza 43, ganadora de una de las anteriores ediciones y hermana de Carlos, autor del vermut que se ha hecho merecedor al premio del público en esta edición. También siguieron la final Laura Gallardo y Miguel Urizar, cocinera y propietario de Bilbao Brasan; Joseba Santesteban, del Geo Cocktail Lounge de Balmaseda; o Andoni Crespo, segundo maitre del propio Hotel Ilunion, y su compañero Sergio Sánchez.

Se acercaron Aitziber de la Fuente, Marta Ruiz de Austri, Isabel Sendino, Diana Guzmán, Patricia Borjabá, Ainhoa Martínez, Alicia Giménez, Iñigo Marlaska, Alfonso García, Javier López Elorriaga, Elena Busturia, Jessica Contreras, Ania López o Marta Pérez entre otras muchas personas. Si tomaron algún vermut de más podrán decir que lo hicieron por orden facultativa: la de Hipócrates.