Es un encuentro tradicional, la sana costumbre de reunirse los últimos lunes de cada mes alrededor de la hoguera de la poesía. La idea brota de los manantiales del Centro Extremeño Bilbao que preside Juan Carlos Rastrollo, que puso en marcha los Encuentros literarios de Santutxu, un proyecto del que se congratulan por lo que ha supuesto de aportación al entramado socio cultural del barrio donde está establecido. Ayer se reunieron alrededor de ese fuego para la celebración de la tercera sesión de la segunda temporada de estos Encuentros, los Topaketak 2025, en pie y con continuidad debido al afán de sus instigadores: Felisa Urraca, Sahara Vicente, el propio Juan Carlos Rastrollo y Marino Montero y, sobre todo a la entusiasta participación de decenas de personas que se reúnen para compartir su amor por la literatura y gozar de la alegre camaradería que caracteriza a estos encuentros, que concluyen sus jornadas compartiendo las viandas y bebidas generosamente aportadas por los asistentes. Como si fuese un fuego de campamento, vamos.

Ayer volvió a ocurrir, como les decía. Amantes de las letras de todo género y condición se reunieron para rememorar la figura del gran poeta e incansable difusor del verso que fue el vecino de este barrio, Pablo González de Langarika (1947-2016), en el noveno aniversario de su fallecimiento. Durante la cita se registró la presencia, en calidad de invitado del mes, del poeta Javier Martínez Villace, autor entre otras cosas de varios libros de poesía infantil, cuya asistencia sirvió como un guiño a la celebración del Día del Libro Infantil y Juvenil, establecida para mañana, 2 de abril, y a quien se hizo entrega de la acostumbrada jarra conmemorativa de los Topaketak, personalizada con su nombre. El viejo Pablo y los recién llegados a la lectura. Versos recitados para todos los públicos.

El logo de los Encuentros literarios en Santutxu nace, según su autor, el propio Marino, de un principio bien sencillo. Un círculo como punto de encuentro, anillado por los colores de la bandera de Extremadura (verde, blanco y negro...) y con un centro en blanco sobre rojo, homenaje al Bilbao donde todo ocurre. Fue la propia Felisa la que llevó las riendas de un encuentro en el que se recitó con total libertad. Francisca Nieto, sin ir más lejos, se atrevió con un poema del propio Pablo titulado Solo el amor y Andrés Galán Monroy, un escritor de la edad tardía que publicó su primera obra a los sesenta y tantos años, en 2007, donde recopiló poesías y relatos de antaño, incluso sucedidos y chistes. Se sumaron un puñado de amantes del verso a la cita. Entre ellos se encontraban Javier Zaldumbide, Mari Carmen Martínez, acompañada por Diego Mena, Jesús Trincado, un tipo de aire renacentista capaz de escribir o de tocar la armónica y la guitarra a la vez, como aquellos hombre orquesta del pasado; Isabel Martínez, Marta San Atilano, Esperanza Pardo, José Perujo, Charo Juanes, Julia Ramos, José Antonio Martínez, Koldo González, Edurne Lasurtegi, José Luis Rodríguez Atxurra, Peru Mardones, Anunci Viñafañes Velasco, Petra Jesús Marcos, Miguel Rayo, Paula Domínguez, Isabel Codón, Seve Ortiz, Carmen del Río, compañera de vida del “ojomeneado”, como ella decía, de propio Martínez Villace, Rosa María Rodríguez, María Jesús Andérez, Pablo Camarero, Almudena Otxoa, Iñigo Elorriaga, al frente de la barra del centro extremeño, Ana María García y un buen número de gente letraherida a la que se le preguntó si quieren que haya un puesto de quienes asisten a los Encuentros literarios en Santutxu en la VII feria del libro de Santutxu que se celebrará el sábado, 26 de abril, tres días después del 23 oficial, fecha en cuyos alrededores murieron tres grandes de la literatura universal: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el inca Garcilaso de la Vega.