SALIÓ a escena vestida con una chaqueta de brillos y lentejuelas y con las manos enfundadas en temperamentos y armonías, capaces de invocar a los vientos para que templen o agitarlos para que se despierte una tempestad. Les hablo de Amagoia Loroño, directora de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao (BAOS), que tuvo la deferencia a la francesa de invitar a champán servido en copas flauta en los prolegómenos del espectáculo Navidad entre fuelles y amigos (Joseba Solozabal bromeó con el mucho agradecer que debían rendirle a la BAOS quienes se habían abastecido de lo lindo y se repantingaban en las butacas con placidez...), una cita cargada de tradición y melodías. En las entrecajas de los camerinos, Amagoia y Joseba bromeaban con Asier Loroño, Egoitz Astigarraga e Isabel Martínez Aurrekoetxea entre otros. Una forma cualquiera de espantar los nervios.
Al tiempo, en el vestíbulo de la Sala BBK, convertido en ambigú por efecto de las burbujas, la gente iba y venía, se saludaba y aguardaba a que comenzase un concierto con aires de celebración. Allí se encontraron, por ejemplo, el concejal de Cultura, Gonzalo Olabarria, con Josune Ariztondo y Jesús Errazti; por otro lado el concejal Asier Abaunza saludaba a María Jesús Cava y a la cita no faltaron Ibon Areso; la presidenta de Mujer Siglo XXI, Carmen Miral, María Tomasa Núñez, Esther de Miguel, Marta Lucía González, Marta Gondra, Edurne Davalillo, José Gondra, embajador plenipotenciario de Basterra, Mariam López, presidenta del Club los Leones; Joseba Ladislao, Susana López; Julio y Ana Piñeiro, Yolanda Díez, Ana Viñals, Paula Garagalza, el cantautor Iñaki Basabe y otra legión de asistentes.
Todo el mundo estaba sentado cuando Amagoia alzó las manos, las dejó de caer de golpe y ordenó a la música que explotase. Abrió el concierto, inspirado en clásicos populares, con una pieza de El barbero de Sevilla de Rossini, puerta de entrada a Verdi, una selección de melodías navideñas, Strauss y la Sinfonía Vasca de Antonio Alberdi.
Testigos de cuanto les cuento fueron, además de los ya citados, el presidente del Club Taurino de Bilbao, Juan Manuel Delgado, Txema Muguruza, Josemi Basaras, José Mari Amantes, Marijo Villanueva, Manuela Álvarez; el escritor Javier Sagastiberri, Carlos Garmendia, Edurne García Arriola; el poeta José Ramón López Misere Josephe, Sandra Atutxa o la sonrisa de DEIA; Javier Gamboa, compañero de aventuras de callejón y encorbatado para la ocasión en honor a su compañía, su hija María Gamboa; el artista gráfico Asier Sanz, quien aprovechó la espera para ir a comprarse unas castañas, Itziar Rotaetxe, Raúl Rebolledo, Vicente Reyes, Maite Lozano, Javier Agirre, Gonzalo Etxebarria, María Jesús Hernández, María José Bilbao, Agurtzane Bengoa y un puñado de gente que brindó al viento por todo cuanto vivió.