Apareció todo el mundo con la txapela en la cabeza. Txapelas negras, azules, rojas, blancas y hasta de color burdeos. Así que el grupo de turistas reunido en un chaflán del Palacio Yhon alucinó. Y cada vez que Mikel y Patrik Bilbao y Beni Eguren se arrancaban con el txistu y el tamboril, alucinaban más. Escuchaban al guía explicar en inglés el asunto de la Virgen de Begoña, la hucha y la vista de la basílica, solo posible desde esa baldosa en concreto del cruce entre las calle Santa María, Jardines y Pelota, y lo del tipismo de los txikiteros. Y justo tuvieron una aparición txikiteril de nivel uno.
Porque a esa hora se fueron reuniendo invitadas e invitados a la 61 gala de entrega de los Txikitos de Honor que organiza Txikiteroen Elkartea. Y a sus saraos se comparece con txapela. Ese es el dress-code. Este colectivo, formado por en torno a una decena de entidades botxeras a más no poder, distingue anualmente a personas y colectivos “con el fin de reconocer su labor y contribución a esta forma de relación y cohesión social, que forma parte característica de la cultura, valores y tradiciones de Bilbao”, según dicen ellos mismos.
Este año entregaron el vaso, de los de fondo gordote, al firmante titular de esta sección de DEIA, además de columnista, cronista rojiblanco, crítico taurino y relator de la historia de esta ciudad, Jon Mujika. Junto a él, al recientemente jubilado periodista Txema Soria y a la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao en las personas de Amagoia y Asier Loroño. Entregaron premios y diplomas, la concejala de Fiestas, Itziar Urtasun; Álvaro Parro, de Laboral Kutxa; y Moisés San Pelayo, de la Peña Athletic Club del Casco Viejo. Copresentaron Sandra Atutxa, de DEIA, e Iñaki Suárez, de Bizkaiko Txakolina.
Entre quienes llenaban el salón del Palacio Yhon se contaban el exalcalde Ibon Areso; ediles como Jon Bilbao, Paula Garagalza o Ángel Rodrigo; o las junteras Ana Berta Campo y Begoña Gil; además de Iker Urkidi, de BilbaoHistoriko; Luis Arbiol, Janire Torvisco y Susana Alaguero, de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo; Boni García, presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia; Rafael Gardeazabal, presidente de bilbaoDendak; Julia Diéguez, presidenta de Euskomer; Begoña Castaño, de la Asociación de Comerciantes de San Francisco; o José Mari Amantes, de Bilbao Centro. Estaban el legendario Ángel Gorostidi, doctor emérito del Athletic Club y tripulante de la Gabarra del 84; Tomás Sánchez, el de La Casa Vasca; José Luis Batarrita, el de María Luz. Y Fernando Rugama y Julián Tejedor. O imprescindibles como Gontzal Azkoitia y Beatriz Marcos.
Acudieron personalidades del espectáculo como la actriz Nati Ortiz de Zarate, el actor Juan Viadas, el artista José Antonio Nielfa La Otxoa, el cantatutor Iñaki Basabe o el Mago Valen, así como el artista plástico Jujo Ortiz; poetas como Fernando Zamora y José Ramón López, ambos expresidentes de la Asociación Artística Bilbaina, o el presidente de la Asociación Vasca de Fotografía, Juan Armentia.
Asistieron la periodista Elena Marsal, o el amante de los trenes y los autos históricos, Kepa Elejoste. No faltaron Álvaro Díaz de Lezana, Teresa Querejazu, Pilar Maura, Cosme Garay, Marijo Villanueva, Enrique Ceballos, Sagrario Magallón, Txomin Fernández, Xabier Zaldumbide, Virginia Aguado, Antón San Sebastián y Loli Rubio. Se acercó Jon de Miguel, tabernero de la Plaza Nueva. Y también Isabel Viñas y Roberto Ibarretxe, productores de txakoli. De Udondoko Txikiteroak comparecieron Yolanda Alonso, José Luis López, Andrés Bilbao y Emilio Urreta.
Julio Alegría y compañía siguieron el acto atrapados en el ascensor del palacio. Marino Montero informó de que, tras unos minutos, salieron bien y con ganas de txikitear.