EL cineclub más antiguo de Europa con programación estable y continua cumple 71 primaveras. Ahí es nada. Y se muestra en plena forma. Está más para el hip-hop que para el Tai-Chi.

El FAS inauguró ayer trimestre proclamando que se encuentra con fuerzas para llegar al centenario, que cerca de 150 personas acuden a sus proyecciones, que está feminizando su equipo de gestión y que viva el cineclubismo.

Comentando esos pormenores se encontraban junto a la puerta de la Sala El Carmen, ahora rebautizada como Salón Indautxu, la presidenta del FAS, Txaro Landa, primera mujer al timón de la asociación sin ánimo de lucro, y sus compañeros el cineasta Jorge Barrio, Norberto Albóniga y un Txarli Otaola que señalaba que “la primera sesión del cineclub se celebró el 23 de enero de 1973, el mismo año que se arrancó el Zinemaldi de Donostia”. Eran tiempos de gloria para el celuloide, la luz proyectada y las filas de butacas en la penumbra.

Las gentes del FAS lamentaban la ausencia del invitado anunciado, Alejandro Díaz Castaño. Un impresvisto impidió al director del Festival de Internacional de Cine de Gijón (FICX) salir hacia Bilbao.

Sin embargo, pronto se unieron al plano-contraplano de la conversación, el cineasta bilbaino Toni Garzón; la socióloga y vicepresidenta del cineclub, Marije Murguía Anzuola; Begoña Vázquez Eguzkiza, Anuska Ortega Uribe o Kontxi Otaola entre otras personas devotas al traqueteo del proyector.

Juan José Celdrán, que se describió como cántabro de apellido murciano, subrayó su condición de “socio de primer año” y añadió un lamento que indicaba que le hubiera gustado inscribirse antes. Acudieron asimismo Lidia Rada, Fernando Prieto, Delia Rodríguez Yufera, Iñigo María de la Fuente, Maite Choya o Daniel Alperte.

No faltaron Lourdes Carranza, Ángel Ortiz, Ramiro Lama, Gaby Madera con Joan Pamies y Catalina Giordano, Kontxesi Sainz o Ángel Sánchez.

Se acercaron también hasta la plaza de Indautxu, Delfín Alonso, Roberto Russo, Ana Martínez, Mercedes Márquez, Aintzane Altube, Iñaki Mimenza o Aitor Bikandi Mejía.

Ayer, gracias al acuerdo con el D’A Film Festival de Barcelona, proyectaban un filme que, bajo las convenciones del documental, escondía una comedia: Clorindo Testa, del argentino Mariano Llinás, autor del guion de, por ejemplo, Argentina 1985, largometraje protagonizado por Ricardo Darín. Llinás barniza de humor la pretendida biografía de un personaje real: el arquitecto italiano Clorindo Testa. El director mezcla y subvierte las convenciones y géneros cinematográficos abriendo un debate sobre el propio cine.

También se proyectó ayer el cortometraje Loop, de Pablo Polledri.

El próximo día 18 será el turno de La sangre, del realizador portugués Pedro Costa. Mientras que el 25 está reservado para Black is Beltza II: Ainhoa, filme de animación para adultos firmado por el irundarra Fermín Muguruza, con la presencia en el patio de butacas de la actriz oñatiarra María Cruickshank como invitada especial.

Así concluirá el abril del 71 aniversario del cineclub más veterano de Europa. Aunque mayo y junio traerán más películas al Salón Indautxu. Entre ellas, la multipremiada 20.000 especies de abejas, que es sin duda una de las sensaciones del año; o el imprescindible clasicazo mudo protagonizado por el mítico Lon Chaney, El fantasma de la ópera. Son algunas de las joyas que la programación ofrecerá durante los tres meses de primavera.

Ayer se hizo el silencio a las ocho menos cuarto de la tarde. A esa hora fue cuando Diego Humanes, el actual proyeccionista del cineclub FAS, dio carrete a su máquina. Y sonó el traqueteo. Como todos los años desde hace 71.

Que sean muchos más.