UE algo sobrecogedor, el espíritu de Federico García Lorca apareciéndose en la Gran Vía como si fuese un fantasma del ayer que viaja al mañana. Su espíritu, digo, porque si ustedes recuerdan el argumento de Yerma, un clásico del autor granadino escrita en 1934 (en la obra se cuenta la historia de una mujer que quiere tener hijos y no lo logra, siendo al mismo tiempo una víctima de la sociedad del siglo XX en la que las mujeres tenían que ocuparse de las tareas domésticas y desempeñar sus roles femeninos, entre los que la maternidad era casi una obligación...), verán que lo vivido ayer en la Sala BBK no guarda relación alguna con el texto que le inspira. Se trata de una Yerma contemporánea y atrevida en la que María Goiricelaya, su directora, lleva la trágica historia del campo a la ciudad, a Bilbao, y la sitúa en el siglo XXI.

La nueva Yerma, si me permiten llamarla así, narra un pasaje en el que Yerma es una reputada artista bilbaina. Y su marido, un exitoso hombre de negocios. Su hermana, una mujer atropellada por la vida. Su madre esa persona que nunca la abrazó... Y el ex alguien con quien ser madre fue una posibilidad. Para la ocasión la ilustradora y actriz Ane Picaza es Yerma y le acompañan sobre las tablas Aitor Barabia, Loli Astoreka, Unai Izquierdo y Leire Orbe. Quienes impulsan este giro copernicano hablan de la memoria, las nuevas masculinidades, el feminismo o la identidad como algunos de los temas propuestos para esta nueva temporada, una temporada donde tendrán cabida todos los públicos y donde por primera vez se ha puesto en pie una producción propia: esta Yerma.

Digamos que Goiricelaya ha contado con la colaboración de Patxo Telleria, quien ha realizado la adaptación del texto a euskara, habida cuenta que esta campaña se normalizará el uso de esta lengua. El elenco lució vestidos de Daniel F. Carrasco en un espacio diseñado por David Alkorta. Cuenta, además, con la composición musical original de Zabala, cuya música electrónica ambiental acompaña a la protagonista en un espacio sonoro diseñado por Ibon Aguirre. Así se recreó una atmósfera singular como la vivida en la premiere de ayer en la Sala BBK de la Gran Vía.

De todo ello tomaron buena cuenta el director general de BBK, Gorka Matínez; la directora de Obra Social de la entidad, Nora Sarasola; la diputada de Cultura, Lorea Bilbao, Koldo Narbaiza; la directora del Museo Vasco, Sorkunde Aiarza, Nekane Alonso, Inés Intxausti, emisaria de Zinebi; gente del teatro y la interpretación como Gemma Martínez, Sol Maguna, Esther Velasco; el dramaturgo Calixto Bieito, Nati Ortiz de Zarate, Justi Larrinaga, Mikel Martín, Itxaso Quintana, Iñaki Maruri o embajadores de Pabellón 6 como Arnatz Puertas, Alazne Astorga, Sandra Martín Gómez y Kepa Alesso.

En ese mismo elenco de asistentes a la renovada historia se encontraban, entre otros, Koldo Bilbao, voz de la cultura de BBK; Begoña de Ibarra, Ane López; el director de Azkuna Zentroa, Fernando Pérez, Ane de la Presa, Iker Goñi, Xabier Payás, Ana Esther Furundarena, Joseba Solozabal, Itxaso Atutxa, presidenta del BBB, Mireia Zarate, Ignacio Edorta, Nerea Lupardo, Aitor Gorostiaga y así hasta sobrepasar las setenta asistencias.

Hablaron maravillas de la obra en la que, según afirma su directora, la forma es muy distinta a la de ayer pero el fondo es muy similar. Asegura que el texto revisa el concepto de maternidad, paternidad y corresponsabilidad, y pone el foco en los aspectos éticos, filosóficos y psicológicos de la problemática. Asimismo, incide en la presión y cuestionamiento social sacando a la luz pública una profunda reflexión que muchas mujeres esconden por vergüenza. Lo dicho, avanzando por el siglo XXI que hace camino de la mano del espíritu de Lorca, toda una voz protestante.

La Sala BBK de Gran Vía presentó 'Yerma', una reinterpretación contemporánea de la obra de Federico García Lorca

Se trató del primer pase de la primera obra de producción propia de la sala, que trabaja con una programación social