UE el de ayer tarde todo un poderoso despertar a viva voz, superada, a trancas y barrancas, la pasada temporada de la ABAO que se sujetó en el alambre de una pandemia que la encogió como se encoge una camiseta de algodón en el agua caliente. El lugar elegido fue el Palacio Euskalduna donde el presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes, habló sobre las protagonistas femeninas de una programación que llegará a los ocho títulos y que revestirán la septuagésima temporada con nombre de mujer. Matellanes aprovechó el encuentro para pedir un esfuerzo a la financiación pública, cumplida, por su parte, el diseño y elaboración de una temporada de altos vuelos cuya silueta se aplaudió a rabiar (fueron curiosos los modos de pedir con ese “ganbatte kudasai”, que significa “hazlo lo mejor posible” en japonés...), mientras el director artístico, Cesidio Niño, explicaba cada una de las obras elegidas para provocar un amanecer lírico a partir del próximo septiembre, con un aforo acorde al número de gente vacunada para entonces.

En los programas de mano estaba anunciada la presencia en escena de 45 coralistas de la ABAO y la voz de Xabier Anduaga, rota a última hora, que dio paso a la de la soprano Miren Urbieta que interpretó e Stabat Matter entre otras piezas que le dieron son a la tarde en la que se vivió una presentación cargada de esperanzas. La concurrencia pronto descubrió que la ABAO arranca el 23 de octubre su 70ª temporada, con seis nuevos títulos y 59 funcione que ofrecerán un repertorio italiano, francés y alemán, con títulos conocidos como Les contes d’Hoffmann, Cavalleria rusticana, Pagliacci y Madama Butterfly; obras prácticamente desconocidas en el Estado, como Alzira; títulos menos frecuentes como La clemenza di Tito, así como otras dos obras singulares: La voix humaine y Eine Florentinische tragödie.

Corría por el patio de butacas un aire fresco que aliviaba los sofocos de los últimos meses. Lo debieron sentir el viceconsejero de Cultura, Andoni Iturbe; el concejal bilbaino de Cultura, Gonzalo Olabarria; el subdelegado del Gobierno, Vicente Reyes, e Iñigo Iturrate, entre otras autoridades que se acercaron al Palacio. Así, en voz baja, fueron llegando los más asiduos para darle la enhorabuena a Nerea Lupardo por su reciente nombramiento como directora del Palacio Euskalduna. Le acompañaba a su llegada Begoña Angisola y bien cerca de ellas se encontraban Elena Landeta, María Luisa Molina y Aitziber Aretxederra, entre otras mujeres, mayoría en la tarde.

A la cita con esta puesta de largo tampoco faltaron Javier Echenique, Beatriz Astigarraga; Carmen Miral, presidenta de Mujer Siglo XXI; Edurne Davalillo, Maite Lozano, Julen García, Andrea Rodríguez, Aitor Sanz, Sara Álvarez, Ángel Gorostidi, quien fuera médico del Athletic; Raquel Rodríguez, Fernando Muniozguren, Juan Carlos Irigoyen, Alicia Martín, Irene Álvarez, Carmen Martínez, Begoña Iturriaga, María Teresa Conde, Cristina Mendibelzua, María Ángeles Etxebarria, Joseba Ortega, Carolina Urrutia, Clara Arnazabal, Idoia Martínez, José Luis Hernández, Miguel Ballesteros, Carmen Agirre, expectante por la llegada de Madama Butterfly, Juan Carlos Pérez, Ainara Alonso, María Luisa Urizar, Arantza Barrenetxea, José Manuel Bilbao, Ainhoa Prado, Maite Azkarate y así toda una legión que sobrepasaba el medio centenar de butacas que vivieron con pasión el regreso de la música lírica a sus corazones.

Escucharon cómo soñar con un escenario más esperanzador que el catastrófico del pasado curso para el que se proponen 59 funciones con las que confía aglutinar a un público de 82.300 personas. Además, está previsto el cierre del ambicioso proyecto Tutto Verdi con la ópera Alzira, que tuvo que ser pospuesta. Un nuevo viento parece que lo alivia todo.

Miren Urbieta, junto a 45 coralistas, pusieron la voz lírica a la presentación de la 70ª temporada de la ABAO celebrada en el Euskalduna

El presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes, aprovechó la cita para solicitar un esfuerzo a la financiación pública