OMO si fuese, la de ayer, una tarde bañada por el clima de los trópicos, cayó todo un torrente de música clásica por las paredes del Palacio Euskalduna, inundado con las melodías que nacen del ingenio de dos cúmulos de nubes armoniosas: la Euskadiko Orkestra (EO), cuya dirección general corre a cargo de Oriol Roch, y la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS). Las dos orquestas de peso coincidieron ayer en espacio y hora y el Palacio Euskalduna vivió un morrocotudo revuelo de gente melómana.

Si bien podemos entender la música clásica como aquella desarrollada a partir del siglo XVI y hasta principios del siglo XX, sus principales y más conocidos representantes son aquellos músicos del clasicismo y del romanticismo, periodos donde la producción musical supuso un antes y un después en la historia de este arte. Tal es la influencia que estos personajes tuvieron en su época a través de su arte que se codeaban con la más alta aristocracia del viejo continente.

Movámonos por escalas de tamaño, habida cuenta que fue más recogido el concierto de cámara organizado por la BOS que el penúltimo programa de la temporada 2020/2021 de la Euskadiko Orkestra con el ciclo Camarada errante. Al frente de estos conciertos debutó Anja Bihlmaier, directora titular de la Residentie Orkest de La Haya y una de las directoras más activas en los teatros de ópera y en las salas de concierto de Alemania, así como en las de Escandinavia y Reino Unido que en su debut en Euskadi abordó un programa cargado de Romanticismo, y gente muy cercana le aguardaba a las puertas de Palacio. Entre ellas se encontraban Trinidad Villacorta, Marcelino Álvarez, Emilia Díez, Elisabeth Bihlmaier, Inma Pardo y Nieves Martínez, junto a las que se inmortalizó antes de hacerse con la batuta y volar como los ángeles desde el atril. Estuvieron acompañados, músicos y directora, por el barítono suizo Manuel Walser. En el repertorio escogido para Camarada errante sonaron Preludio a la siesta de un fauno, de ClaudeDebussy;Canciones de un camarada errante (no podía ser de otra manera...) de Gustav Mahler, y la Sinfonía nº1, de Robert Schumann.

Miremos ahora hacia la pequeña delicadeza del concierto de cámara organizado por la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS). Estuvo diseñado por un trío y un cuarteto de cuerda, formado el primero por María Díaz-Caneja (violín), Diego Val (violonchelo) y Julen Ramos (piano), quienes interpretaron sendas piezas de Schubert y la propia María Díaz-Caneja (violín), Pablo Val (violín), Asier Arabolaza (viola) y de nuevo Diego Val (violonchelo), que tocaron una obra de A. Schnittke. Ni qué decir tiene lo que animaron, por los adentros (la música clásica guarda siempre las formas...) Marieli Simón, JuanVal Madrazo, Carmen Madrazo y Enrique Val.

Puntualizaremos que Bingen Zupiria acudió a la cita con la Euskadiko Orkestra y que posó para la fotografía junto al ya citado Oriol, Begoña Barloza y Begoña Artabe. Luego resultaba más complejo distinguir a los asistentes a uno u otro concierto pero se puede asegurar que por Palacio cruzaron gente del Aula de la Experiencia de la UPV/EHU como Claudia Rengel, Rafael Villarías o Maite Subijana entre otros; Iñigo Beriain, Montserrat Montero, Josu Orueta, Nekane Etxebarria, Begoña Gerrikagoitia, María Escudero, Begoña Prieto, Juanjo Jungitu, María Lemona, Begoña Rementeria, Isabel Perosanz, Ana María Hernández, Irati Mendizabal, María José Agirre, Jorge Alonso, María Jesús Sánchez, Idoia Olabarria, María Ángeles Ortuzar, Begoña Izquierdo, José Luis Fernández, Iñigo Uria, Belén Pascual, Mari Carmen Rodríguez, José Antonio García y un buen número de hombres y mujeres que se pegaron un buen baño de música clásica, esa en la que la buena imaginación crea la realidad.

La Euskadiko Orkestra afrontó su penúltimo programa de la temporada 2020/2021 con el ciclo 'Camarada errante'

El Euskalduna hizo un bis con el concierto de cámara de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS) con un trío y un cuarteto de cuerda