L edificio que alberga la Biblioteca de Bidebarrieta tiene algo de fortín por fuera y mucho de palacio por dentro. La escalinata que sube hasta el salón de actos, vigilada por un enorme busto blanco de Miguel de Unamuno con los ojos muy abiertos, se bifurca abrazada por su barandilla de hierro forjado rematada por un pasamanos de madera mil veces encerada. Es como un libro de tapas muy duras que guarda páginas de papel delicado impreso en una tipografía modernista resaltada por coloridos capitulares miniados.

Un espejo enorme, con su marco de volutas doradas, preside el descansillo de acceso al salón de actos. Bajo él se suele disponer la mesita de la editorial o librería que vende la obra que se presenta ese día. Enfrente, la vidriera de motivos vegerales y el epígrafe "El Sitío". Todo evoca otro tiempo.

Sin embargo, guarda la entrada una joven amable con un lector de códigos en la mano. Es preciso reservar una plaza, eso sí, sin coste, para que la persona interesada disponga de un asiento atribuido. De este modo se pueden garantizar las distancias y controlar el aforo. Aunque los frescos del techo, la galería sobre las butacas y los remates decorativos poseean el inconfundible aroma de otra época, el aire que flota es el de nuestros días. Ese aire que, como en la famosa novela del catalán Emili Teixidor, mata.

Lo recalcó el escritor bilbaino Galder Reguera al inicio de la presentación. Tras la bienvenida y los agradecimientos, se mostró sorprendido por el número de asistentes. "No pensé que íbamos a estar tantos. Cuando las cosas se ponen difíciles se nota quienes somos los que amamos algo. En este caso, la literatura".

Después, Reguera pasó a charlar distendidamente con el autor portugalujo José Ignacio Carnero. Primero acerca de Ama, debut en la narrativa de ficción del abogado residente en Barcelona. Aunque su primer libro consistió en una crónica de viajes bajo el título La luz de Lisboa, con Ama Carnero resultó finalista del Premio Euskadi de Literatura en castellano del año 2020.

Debido a esta premisa, Hombres que caminan solos es una obra espera. En ella, el autor reflexiona acerca de lo que queda cuando todo se desvanece. Y también del amor, de Buenos Aires, de viajes por carretera, de Cádiz, de Altos Hornos de Vizcaya y del dolor.

Gálder Reguera, él mismo autor de éxitos como Hijos del fútbol, La vida en fuera de juego y Libro de familia, destacó la condición de profesional reputado de Carnero, quien se licenció en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y ejerce como tal en la ciudad condal.

Entre los asistentes, el escritor Javier Maura, la editora y biógrafa Beatriz Celaya o la programadora de actividades culturales de la Biblioteca de Bidebarrieta, Begoña Morán.

También acudieron Eriz Vázquez Larroca, Idoia Gómez, Virginia Valdivieso, Charo Hoyuelos, Kaikex, Mari Cruz Camino, Marga Roig, Fidel Díez o Emilio Santiago.

No quisieron perderse el evento Kerman Beaskoetxea,Aitor Ruiz, Begoña Gaztañaga, Myriam Guarrotxena o Koldo Gutiérrez. Entre otros, Manuel Reus y Alberto Sarasúa se hicieron con sendos ejemplares de la novela antes de pasar al salón. Fue Janire García, de Elkar, quien facilitó la compra.

Dieron fiel testimonio de su amor a la literatura Paz Olabarría, Marisa Ansoleaga, José Ángel González, Itziar Araujo, Irati Pino,Gloria Merino, Isabel Alijarte,Jaime Huarte o Begoña Becerril.

Como subrayó Galder Reguera, si nunca ha resultado fácil la tarea de escribir, editar y publicar, en estos tiempos extraños, el simple hecho de aparecer en la presentación de un libro empieza a ser una muestra de compromiso con la literatura. Lo que hace no tanto se quedaba en simple acto social, hoy adquiere tintes de militancia.

Bidebarrieta Kulturgunea acogió ayer tarde la presentación de la última novela del portugalujo José Ignacio Carnero

El propio autor y el escritor Galder Reguera disertaron distendidamente sobre el contenido de 'Hombres que caminan solos'