L día de ayer, de prólogo a epílogo y de norte a sur, fue una intensa novela negra, si es que se puede decir así, cargada de distracciones y de intensidad. Una de las buenas sonó casi como si Bilbao rindiese homenaje a uno de los grandes del género, John le Carré, quien acaba de darnos su más triste adiós. Se abrió el día en Mr. Marvelous, local de la calle Heros elegido por la fábrica de cerveza La Salve para ofrecer su apoyo a la hostelería en tiempos de reapertura tras más de un mes con los ojos de las persianas cerrados a cal y canto. Fue allí donde presentó la edición de invierno de La Salve, una cerveza negra, reedición de la fórmula tradicional que estuvo disponible en Bilbao en los años 40 y que ahora está enmarcada en el proyecto kilómetro cero de la empresa, que utiliza cebadas y lúpulos cercanos. Elaborada con tres tipos de malta -pilsen, múnich y color-, con niveles de tostado creciente y aromas diferentes, la cerveza fue la escogida para el brindis navideño.

Dirigieron el ¡chin, chin! Jon Ruiz Ibinarriaga, director de la fábrica La Salve, que ayer mismo cumplía años, y Héctor Sánchez, presidente de la Asociación de Hosteleros de Bizkaia, en presencia de Igor Mombiela, el hombre fuerte del local. La negra de La Salve fue, durante años, la cerveza predilecta de un público bilbaino que buscaba nuevas experiencias. Por eso, la marca decidió recuperarla para que toda una generación de bilbainos que no tuvieron la ocasión de probarla, lo hicieran; y además, trajera buenos recuerdos a quienes la tenían en la memoria. Se elabora, como todas las cervezas de La Salve, bajo la supervisión de Luis Cachón ("Tiene un color negro intenso que tiene su origen en las maltas y la cebada torrefactas. Es refrescante y con un perfil en nariz y boca muy agradable y delicado; con un carácter maltoso con predominio de notas tostadas, a café y chocolate", sentencia...) y el compromiso con el entorno y la producción local. Ayer la probaron Tomás Ondarra; Jorge Aio y Olga Zulueta, en nombre de BilbaoCentro; Iker Urkidi y Jujo Ortiz, en nombre de Bilbao Historikoa; el cocinero Igor Agirre, Sofía Basáñez, emisaria de Mahou- San Miguel; Itxaso Elordui, Galder Uriarte y Patxi Uriarte, entre otros.

Pasemos de página. La historia se adentra ahora en las tierras de Bilborock, donde la octava edición de Tracking Bilbao (fabuloso el cartel de David León...), unas jornadas de cultura digital y multidisciplinar que impulsan la loca gente de Caostica -nombrémoslos ya: Juan Dopico, Iñigo Portillo, Brais Rodríguez, Xabier Uria, Mikel Villegas, Nitya López y Amara Mosteiro entre otros, ayer todos presentes...- propició el encuentro con Javier Olivares (creador, showrunner y productor) y Pablo Lara (productor transmedia) de El ministerio del tiempo, una serie de género fantástico y ficción histórica creada por los hermanos Pablo y el ya citado Javier Olivares, que también tiene toques y tintes negros, no lo nieguen. A ambos les acompañaba ayer Sarah Cristina Hazan y en la calle aguardaban, deshecho el entuerto de la cerradura de Bilborock bloqueada que dio misterio al asunto, Javier Martínez, Mikel Gutiérrez, Idoia Etxebarria y Andrea Isasi, entre otros.

El encuentro, patrocinado, entre otros, por Oro Bilbao, se desdobló en dos, habida cuenta que una vez entablado el diálogo entre Javier y Pablo la tarde entró en estado de frenesí. Hace ya un tiempo que en las redes sociales se habla de ministéricos, eso es innegable. Como lo es definir a El Ministerio del Tiempo como una serie pop. Y como nada hay más pop que un concurso de televisión histórico como ¿Quiere ser millonario?, Tracking Bilbao propuso un ¿Quiere ser ministérico?, un quiz en el que, pregunta a pregunta, el público fue interrogado e interrogó hasta descubrir algún que otro secreto de la serie y hablar de sus claves esenciales.

La Salve lanza su cerveza negra edición de invierno, enmarcada en la idea kilómetro cero, con un brindis navideño

La octava edición de Tracking Bilbao propicia la cita con Javier Olivares y Pablo Lara, impulsores de 'El Ministerio del Tiempo?