OIGAMOS las descriptivas y elogiosas palabras con las que Javier González de Durana barnizó la obra inédita más reciente de Javier Riaño, expuesta desde ayer en la galería Lumbreras de la calle Henao. (...) “frente a las majestuosas e inmortales ruinas romanas, Riaño levanta un mundo frágil de arquitecturas efímeras y livianas, construidas con tablones y clavos” (...) Es una mirada certera que se clava en el ojo del ciclón. La reaparición de Riaño. Como si regresase de un largo viaje, Riaño repartía abrazos a diestro y siniestro mientras la galerista Begoña Lumbreras, junto al patriarca de la casa grande, Juan Manuel Lumbreras, no disimulaba su felicidad.

Hay que reconocerlo: Monochrome, la colección de obra sobre papel Arches, técnica tinta china y acrílico presentada por el artista recordaba a unas ruinas de la modernidad. “A pesar de su delicada y perecedera existencia, se muestran como plenamente útiles y funcionales sin dejarnos claro para cuáles tareas lo serían. El sumergimiento en la oscuridad ambiental no impide que una intensa luz blanca bañe uniformemente las estructuras levantadas”, añade González Durana en su texto Andamios de melancolía que acompaña a la exposición. No le falta razón.

A la cita acudieron viejas amistades y gente cercana. Entre ellos se encontraban el consejero de Cultura, Bigen Zupiria; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; el concejal de Cultura, Gonzalo Olabarria, Alberto Uribetxebarria, Almudena Martínez, Pedro Pérez, Maite Martínez, José Luis Sabas y Galder Reguera, hijo del propio Javier Riaño, y cabeza visible de la Fundación Athletic, con su hijo Danel en brazos; María José Darriba, la eterna dama de la legendaria galería; Alberto Ipiña, Begoña Bidaurrazaga; el director general de la BBK, Gorka Martínez ,y una legión de gente próxima.

maravillas que se hablan Se hablaban maravillas entre todos ellos y ellas de la obra de Javier. Recorriendo la galería no paraban de hablar bien José Antonio Uriarte, presidente de la Agrupación de Acuarelistas Vascos, Eliar Goñi, María Ángeles Izquierdo, José Luis Zarate, Joseba Urrrutia, José Luis Hernández, Begoña Ballesteros, Marta Díez, Ramón Millán, Nekane Arrieta y Resu Zubizarreta entre otros asistentes.

Hubo otro punto de melancolía en la tarde, más allá de la propia de la obra de Javier: el regreso a las grandes inauguraciones. Darán fe de lo que les digo gente como Álvaro Videgain, María Victoria Rodríguez, Brenda Kennedy, Begoña Olabarria, José Bonilla, Cristina Palacios, Amaia Goikoetxea, Isabel Azkarate y así toda una legión de asistentes que iban y venía, arriba y abajo, sintiéndose protagonista de un paisaje creado por Javier Riaño en todo su esplendor y/o decadencia, incluidas esas escaleras que evocan a Montmartre. Mágicas.