ES uno de los poderes de la buena música -las hay peores, pero esas no cuentan...-, una de sus magias: avivar el fuego de la amistad. Tan acostumbrados están los hombres y mujeres que conforman la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao que preside Asier Loroño y dirige Amagoia Loroño a esta santa verdad que para su tradicional concierto navideño, que se repetirá hoy en el mismo escenario, la sala BBK, no han encontrado mejor título: Navidad entre fuelles y amigos, celebrado alrededor de una mesas de cabaret parisién y que arrancó con un susto morrocotudo: la voz en off de Iñaki Azkuna. Le tenían por un buen amigo...

Entrecalados en un sentido programa que se abrió con los Esclavos felices de Juan Crisóstomo de Arriaga, hubo varias sorpresas. la actuación de Txema Oleaga caracterizado cono Gargantúa y el bombero Sergio Martín. Uno escribe la palabra bombero y ya se encienden según qué fuegos, ya me entienden. Las Sinfonías Vascas de Anton Alberdi y el Vals nº 2 de Shostakovich alimentaron la primera parte del programa, antes de que Txema apareciese caracterizado como el entrañable tragaldabas que devora niños a carcajadas.

Hubo tiempo, después, para los hermans Strauss. Sonaron la Marcha persa, Sport Polka, Trisch-Trasch Polka y la polka de los agricultores en su nombre antes de que el bombero saliese a escena. Como broche de un concierto cargado de sentimentos, las melodías navideñas elegidas y personalizadas por Amagoia, alegraros y calentaron a los presentes que brindaron con un fantástico vino por estos días destinados a cruzar el puente hacia un año nuevo. Calorcito del bueno, ya les digo.

diversión Los y las integrantes de la orquesta iban ataviados con motivos navideños y Joseba Solozabal, maestro de ceremonias, llevaba su habitual lengua larga. Todo fue puta diversión. Darán fe de lo que les digo el concejal de Cultura, Gonzalo Olabarria, Nekane Alonso, Itziar Urtasun, Alfonso Gil, Gabriel Rodrigo, Beatriz Marcos; otro bombero como Santi Iglesias, Jesús Oleaga, hermano de Txema, José Gondra, Arantza Pardo, José Miguel Baceras, Pedro Garmendia, María José Fernández, María Pilar Castro; el poeta Misere Josephe, la poeta Merche González, Spilusel presidente de la Sociedad Bilbaina, Anton Pérez-Iriondo, Allfonso Carlos Saiz de Valdivielso, Marisa Bernuy, José Ramón Urizar, Isabel Aramburu y Txema Muguruza entre otros.

Los cálidos vientos alisios de los fuelles reconfortaron, además, a Mikel Ibarrondo, Ane Gorostiza, Gentzane Ormaetxe, Maialen Gorostiza, Ana Egiluz; la estirpe del bar Kazeta de Alameda San Mamés, formada por el patriarca Tomás Cabezón, Iñaki Cabezón y las pequeñas Irati y Alba Cabezón, Gontzal Azkarate, María Jesús Agirre, Carmen Gutiérrez, María Luisa Hernández y así hasta poblar la sala.