QUIENES disfrutaron con el regodeo de su contempla-ción no pueden ponerle un pero a la expresion: el Museo Guggenheim ha traficado con la belleza, trayéndosela de Alemania y Francia, dos ejes sobre los que el arte giró desde principios del siglo XIX hasta mediados del XX. Ese es el universo que ha dado forma a la colección de las grandes obras de la colección de la Kunsthalle de Bremen, cuyas lindezas y hermosuras cautivaron a los asistentes a una exposición que, bajo el título Obras maestras de la Kunsthalle Bremen: de Delacroix a Beckmann, enseña una selección de 130 pinturas y esculturas que condensan la esencia de los fondos atesorados por la galería de arte alemana.

Habló Juan Ignacio Vidarte de las maravillas mostradas y de las similitudes entre Bremen y Bilbao, dos ciudades con vigor y espíritu. En los corrillos se alababa un Van Gogh glorioso y una muestra, en general, espléndida. Buena fe de todo ello pueden dar los comisarios, Christoph Grunenberg y Petra Joos; el consejero de Cultura, Bingen Zupiria; el alcalde de Bilbao Juan Mari Aburto; el presidente de la Fundación Iberdrola España, patrocinadora de la exposición, Fernando García Sánchez; la presidenta de Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; el diputado foral Sergio Murillo, Joxean Muñoz; Rafael Orbegozo, asesor de la presidencia de Iberdrola, Alberto Delcalux, José Antonio Isusi, José Ramón Prieto, Guillermo Barandiarán y un buen número de invitados que hablaban maravillas, insisto, de lo visto.

Entre todo ese elenco se encontraban Javier Arriola, José Luis Migoya, Pilar Ramírez, José María Grijalba, Javier Zalbidea, Lucía Marzo, Jorge Canivell, Roberto Sainz de Gorbea, Arantza Día, Agustín Ramos, Cristina Wojcik, de la Universidad de Deusto; María Jesús Cava, Elier Goñi, Alberto Ipiña, Sol Aguirre, Víctor Sarriugarte, María Caballero, Cristina Anduiza, Jon Ortuzar, Berta Longas, Marcos Franco, Elena Muguruza y el gastrónomo José Garzón entre otros.

Determinadas circunstancias del museo alemán han permitido traer a Bilbao estas obras que explican el gusto por el coleccionismo privado de arte de los ricos burgueses y comerciantes de Bremen de principios del siglo XIX hasta la primera mitad del pasado siglo. De todo ello disfrutaron Juan Álvarez, Alicia Stuber, Vicente Reyes, Jon Aiarza, Begoña Otalora, Iratxe de Madariaga, Txema Vázquez Eguskiza, Alberto San Salvador, Idoia Satrustegi, Julia Diéguez y un buen número de iinvitados que escucharon al propio Vidarte hablar de las dos corrientes europeas de la época circunscrita, como si con su fuerza motriz empujase con la fuerza de las mareas para agrupar el arte más grande de aquella época. Verlo hoy todo de cerca en Bilbao es todo un lujo, un recreo para los sentidos que nadie de los presentes ayer olvidará. No pierdan ocasión.