ARTAS viejas, aventuras del pasado”, recitaba a ritmo de tango Carlos Gardel. Historias encerradas en un sobre que no volverán. Mensajes manuscritos que podían cambiar una vida. El género epistolar forma parte de un pasado que, presumiblemente, ya no renacerá. “En este mundo tan inmediato en el que la comunicación interpersonal es tan rápida y, a veces, tan instintiva, me parecía importante hablar sobre lo que suponían, no hace tantos años, las cartas”, resume el escritor de Gatika Roberto López San José (Basauri, 1950), que acaba de publicar su novela El tango y la marea (Ediciones Vitruvio), en donde aborda la importancia de este género y su estrecha relación con un pasado migratorio más reciente y de actualidad que nunca.

En gran medida, ese viejo anhelo personal por las misivas le ha servido de inspiración. “La ilusión con la que se esperaban, cómo se estaba pendiente de lo que se escribía, de lo que se leía y luego cómo uno se sentaba y, tranquilamente, pensaba en la contestación y en lo que iba a decir”, prosigue. No obstante, reconoce que el mundo y las nuevas tecnologías avanzan cada vez más rápido y que, aunque “durante mucho tiempo” se ha comunicado por carta, ahora lo hace “a través de correo electrónico”.

Así, a través de la mirada de una emigrantes española, residente en un pueblo francés desde hace más de cincuenta años, Roberto describe cómo una serie de cartas cambian la vida de esta mujer y el entorno donde se encuentra. “La novela surge a través de la historia que reconstruye después de la lectura de las cartas”, explica. Unos textos que, de pronto, le transportan al pasado y a una etapa anterior de su vida sobre la que ahonda, a ritmo de tango “como una canción que se baila y se siente, como una marea que viene y va” a lo largo de las páginas del libro. “La novela está ambientada en la década de los cincuenta, en la que yo nací. Recuerdo que, aunque el tango es más de la década de los cuarenta, en esa época se bailaban mucho en los bailes públicos, por eso el personaje está atado a este género musical y sus letras”, sostiene.

También hace referencia el autor a la hora de ambientar la novela a una de las principales señas de identidad de Bilbao como es la ría. “Es un viaje por el Bilbao que yo conocí en el que se recorren diferentes zonas de la ciudad que son muy reconocibles hoy en día para cualquiera”, apunta.

En este sentido, Roberto hace especial hincapié a la hora de construir su relato en la fotografía que queda impresa en la memoria de las personas que un día, por una razón u otra, deben dejar atrás su tierra. “Cuando una persona emigra, lo que deja se queda grabado en su mente tal y como está y, cuando vuelve, ha cambiado. En cambio, los que han seguido allí no se acuerdan tanto”, reflexiona. “Por eso me resultaba fundamental incluir el aspecto de la migración en el libro porque recoge un pasado que queda muy vivo”, agrega.

Libro de Poemas

El tango y la marea es la segunda publicación de este gatikarra que el año pasado publicó el poemario Dentro de este sur, que en realidad está dividido en tres partes: un homenaje al cabo de Gata; un viaje al Peloponeso y la cultura antigua griega; y el aspecto de la migración con el océano Atlántico como frontera con el Mediterráneo. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV/EHU, en 1994 se trasladó a Gatika para vivir rodeado de naturaleza. En 2005 se prejubiló de una entidad bancaria de Bilbao y, a través de su afición por diseñar exlibris, destapó su vocación de escritor. Apasionado de la fotografía y la pintura, la paz y el sosiego de su municipio le ayudan a encontrar la inspiración. “Tenía varios proyectos guardados en el cajón que ahora estoy presentando”, concluye ya inmerso en nuevas publicaciones.