Las excavaciones en este enclave que comparten Orduña y Amurrio están encontrando pistas que llevan a comprender el alcance de aquellos oscuros años de sublevación franquista. Uno de los hallazgos más interesantes para el equipo de investigadores ha sido una chapa ovalada con la inscripción Miliciano Manuel Mogrovejo incisa en el metal. Fue encontrada en la campaña de 2018, pero "no estaba el cuerpo" de la persona a la que perteneció y gracias al trabajo documental en archivos históricos, el equipo de la UPV-EHU ha podido averiguar que el joven en cuestión, natural de Amorebieta, nació el 6 de octubre de 1918. En agosto de 1936 ya era miliciano en el batallón comunista Leandro Carro, en el que también combatió su hermano José Luis. Compuesto principalmente por militantes izquierdistas de toda Bizkaia, se hallaba en la zona del Alto Nervión desde agosto de 1936 para hacer frente a un ataque sublevado sobre Orduña. "El batallón Leandro Carro entró también en acción a principios de diciembre de 1936, cuando en el marco de la ofensiva republicana de Villarreal, varios batallones vascos atacaron las posiciones franquistas en los montes de San Pedro y Txibiarte. Tras varios días de combates, el Ejército de Euzkadi consiguió conquistar estas posiciones", precisa el investigador.

Tuvo su cuartel general en el edificio de La Aduana de Orduña y allí permaneció hasta mayo de 1937 cuando el Leandro Carro, junto a otros batallones de la V Brigada, fue enviado a la zona de Mungia, con el objeto de prestar su apoyo en los duros combates que se estaban librando allí. "Por lo que se sabe, el miliciano Manuel Mogrovejo sobrevivió a todas estas vicisitudes y se encontraba vivo todavía en julio de 1937, ya que aparece su firma en la nómina del batallón".

Por las indagaciones realizadas se sabe que, con la caída del Frente Norte, Manuel Mogrovejo cruzó la frontera francesa y el 5 de abril de 1939, cuatro días después del final oficial de la Guerra en España, fue internado en el campo de concentración francés de Gürs, donde tuvo que vivir en un barracón como refugiado. Su ya tortuosa vida iba a tornarse aún más dramática cuando, como consecuencia de la ocupación alemana de Francia en 1940, fue hecho prisionero y fue internado en uno de los campos de guerra más grandes del III Reich: el Stammlager XVII-B Krems-Gneixendorf, en la actual Austria. Poco tiempo más tarde, en calidad de deportado, fue trasladado al tristemente célebre campo de concentración de Mauthausen-Gusen. "Solo 2.500 prisioneros consiguieron sobrevivir, entre ellos 84 vascos, y Manuel Mogrovejo fue uno de ellos cuando, con 26 años, fue liberado por tropas norteamericanas el 5 de mayo de 1945". Mogrovejo falleció en 1993, en París, y la familia localizada por el equipo de investigadores liderado por Santamaria "sabía muy poco de su historia, la que nosotros hemos conocido tirando del hilo de una simple chapa".