En un mundo tan deshumanizado, que vive prácticamente a través de pantallas, en la era de lo global, en este avance frenético hacia lo artificial, hacia esa inteligencia, en este universo tecnológico y distante, los premios DEIA Laboral Kutxa Hemendik Sariak son todo lo contrario: son de palpar, de sentir de cerca, locales, naturales, de abrazar. Así, literalmente. La gala de ayer en Derio fue de tacto, real, para confraternizar, sin enlaces, medios o mensajeros, de tú a tú, de casa. Con los nueve galardonados que dan sentido a todo este significado sin artificios desde sus pueblos; sus alcaldes, sus empresas, sus vecinos, sus asociaciones, sus clubes... Todos ellos, entre ellos, desde ese kilómetro 0 sin barreras, fueron los latidos de esta cita que alcanza la mayoría de edad: esta es la edición número 18 de estos reconocimientos desde aquí y para los de aquí. Hemendik. Y parece que fue ayer cuando...

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En imágenes: Txorierri, el orgullo de 20.000 almas Markel Fernández

¡Ay! Y qué fundamental es ese contacto en persona para los chicos y chicas del Astrabuduako FSD. “Para nosotros, lo más importante es la amistad”, defiende el entrenador, Pedro Cerro. No hay nada más que añadir. Bueno, sí, la alegría que derrochó ayer este equipazo, y sus familiares al alzar su premio. Y es que lo que mueve el deporte es incomparable, que se lo pregunten al club Zorribike, representado ayer por Nerea Madariaga, Iñigo Madariaga, Manu González, Iñaki Pequeño, Enaitz Ozamiz y José Manuel Olano. Una energía que también capturan desde Beste Bira: ahí estaban Edu Manzanos, Javier Allende, Gari Mendieta, Kepa Aketxe, Martín Cordero y Ander Puentes.... O desde Txorierri Basketland: Itxaso Atela y José Luis Martín encabezaron la delegación. De deporte sabe mucho, muchísimo Pedro Mari Goikoetxea, que recibió incontables abrazos y gestos de cariño, como por parte del consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, de compañeros de ETB, y, por supuesto, de su hijo Eneko.

Buen rollo es lo que repartieron las voluntarias del banco de alimentos de Zamudio. ¡Qué generosas Tere, María Jesús, Mila, Pauli y Zorione! Y como estos encuentros tienen de todo, la educación y los valores corrieron a cargo del colegio Gorondagane, con su directora Saioa Torre al frente. Mientras que los ingredientes para endulzar y refrescar esta jornada los pusieron Esther Santamera y Diego Palomino desde su frutería.

Y este mundo que difumina lo que se puede tocar ha arramplado con el quiosco de Yolanda y Víctor Hernando, en Derio. Y para este periódico, la desaparición de un negocio así duele en el alma. Porque un quiosco es el hogar de un diario. Ambos ya han asumido el cierre y ayer se llenaron de sonrisas al recoger todo el cariño de sus vecinos. Jorge Tomás, Itziar Mateos y Dioni Rejas les acompañaron.