Una vida profesional que suma sus primeros días y otra que ya divisa su recta final. La doctora de Arrieta y Fruiz Itxaso Zarandona colgará la bata a principios del próximo año tras 40 años ejerciendo y 30 de ellos en estos municipios. “Se ha hecho corto ¡ha llegado volando!”, sostiene.

Claro, cuando una siente su vocación y la desarrolla así, el tiempo se acelera. “El trato con los pacientes es muy familiar”, destaca. Y, ciertamente, ella ha logrado que los vecinos la consideren como una más de la familia. Itxaso ha sido testigo de cómo sus pacientes iban creciendo, madurando, teniendo hijos, nietos... “Estoy ya en tercera y cuarta generación con la gente; he conocido a los abuelos y a los bisabuelos de los que están ahora. Hace 30 años, que vine yo, la gente que tenía 60 tiene ya 90!”, comenta.

Son las huellas del tiempo. Ella tiene ya también una nieta. “Hace dos años me fui a vivir a Andrakas, porque tengo a toda la familia en Plentzia y me he acercado a ellos; tengo hijo y nieta en Plentzia, así que me tira mucho”, admite. Pero Arrieta, donde residió 25 años y donde aún seguirá trabajando unos meses, estará siempre presente en su corazón (bilbaino de nacimiento).