EL Conservatorio de Leioa ha dado el do de pecho en educación musical. Después de 30 años de esfuerzos, se ha convertido en uno de los centros de referencia en Euskadi y se ha situado a la altura del de Bilbao. Su proyección ha llegado a tal punto que artistas como Kepa Junkera compartieron escenario con sus alumnos el pasado mes de octubre en el Palacio Euskalduna de Bilbao. El motivo fue la celebración de tres décadas transmitiendo pasión por la múscia en este municipio.
DEIA y Hemendik han premiado esta trayectoria ejemplar con la concesión del Kultura Saria que responsables del centro recibirán el 1 de diciembre a las 20.00 horas en la Kultur Etxea de Sopelana. El Conservatorio de Leioa acumula galardones porque cuenta con alumnos que destacan. "Estamos muy agradecidos. El premio es un estímulo más para seguir trabajando con todos estos chicos y chicas", destaca el director, Valentín Atxotegi.
Y es que la entidad disfruta en la actualidad del reconocimiento de sus vecinos porque, según explica este responsable, "nuestra gestión profesional está orientada hacia la calidad". Desde sus inicios dejó muestras de su impronta con un carácter pionero y emprendedor que le acercaban a la tradición educativa musical de centroeuropa.
Así se apostó por un modelo profesional que derribaba viejos mecanismos, como la creación de una estructura de funcionarios. Leioa fue pionera en practicar una política de personal basada en los contratos laborales para lograr una administración más ágil, aunque eso le valiese disgustos al comienzo con fugas del profesorado.
También innovó cuando presentó una oferta a todo el público, tanto a los que aspiran a ser profesionales como a los que disfrutan de la música como una afición. Además, facilita el estudio musical permitiendo simultanearlo con el sistema educativo obligatorio convencional. Para ello, el primer curso empieza a los 7 años, la misma edad que Primaria, lo que permite compaginar la enseñanza reglada con la musical.
Precisamente, este enfoque facilita la captación de jóvenes talentos que pasan por las aulas sin un objetivo concreto. Este es uno de los principales cometidos del profesorado para lograr el tan difícil asalto profesional. El Conservatorio leioatarra da el primer paso librando a los alumnos del miedo al escenario con una intensa actividad musical.
670 alumnos
48 conciertos anuales
Sus 670 alumnos protagonizaron el pasado año 48 conciertos de todo tipo. Decenas de adolescentes rompen en Leioa los estereotipos de esta edad tan señalada, abandonando botellones y consolas para formar parte de la Leioa Kantika Korala, agrupación que es demandada constantemente en certámenes europeos y estatales.
La producción propia se completa con el coro juvenil femenino de La Kantoria y la coral mixta San Juan Bautista Abesbatza, ambos también tocados por el reconocimiento. Esta explosión artística abarca en total el lanzamiento de seis coros y orquestas de prestigio. Lo cierto es que el tirón del Conservatorio hace mucho tiempo que dejó de sorprender por su éxito incontestable entre la población. "Es un fenómeno. En Leioa es como la primera comunión, todo los niños acuden", destaca su presidente José Ignacio Sarria, uno de sus fundadores.
Esta gestión ha consolidado al centro como una de las mejores canteras vascas hasta el punto de hacer de Leioa una especie de ciudad de la música. Sus 57 profesionales disparan la estadística local a la cabeza de Euskadi con la mayor concentración de músicos, dos instrumentistas por cada mil habitantes. A pesar de que a las promociones que han acabado en Leioa todavía les queda recorrido por su juventud, buena parte de los exalumnos se distribuyen en centros superiores de prestigio del Estado e internacionales.
Ya nadie se acuerda de los orígenes modestos del centro alojado en un pequeño edificio municipal que compartía con la parroquia y hasta con un negocio privado de funeraria. Leioa fue la primera escuela del movimiento de centros musicales de la democracia que se sumaban al Conservatorio de Bilbao.
El recuerdo de las estrecheces que obligaban a solicitar ayuda a los bares de las inmediaciones ha muerto. En los peores tiempos, el centro se aferró a la excelencia en la gestión como tabla de salvación con un detallado plan de mejora.
El progreso es tan rápido y vertiginoso que el Conservatorio de Leioa prepara en estos momentos la ampliación de sus instalaciones para mejorar todavía más su oferta musical. El propio centro ha cambiado un poco a la localidad que ha experimentado su propia explosión cultural en paralelo.
El Conservatorio ha aportado un selecto grupo de vecinos con un oído muy fino. Músicos del Este llegaron al municipio sin conocer el idioma y sin saber localizar el municipio. Su llegada fue a través de la Orquesta Sinfónica de Bilbao que les permite compaginar la docencia en la escuela. Para la escuela fue una oportunidad para captar profesores de primer nivel. Gente como el violinista Piotr Boluta, rebautizado popularmente como Kepa, se pasean hoy por sus calles como prueba de la integración de la escuela.