Carmelo Uriarte Olano, presidente de honor de la Fundación del Museo de la Minería del País Vasco, es un hombre de férreo carácter, fajado en mil y una batallas, que sin embargo ayer no pudo contener las lágrimas en dos momentos del cálido homenaje que el pueblo de Abanto Zierbena le tributó nombrándole hijo predilecto por su enorme aportación al sostén de la historia minera. El primero de ellos y más profundo en este obrero de la mina, fue cuando recordó en una improvisada alocución, la ingente cantidad de mineros y mineras que fallecieron o quedaron mutilados en la extracción, manipulación o transporte de este rico material que hizo de Bizkaia una tierra de gran prosperidad. “Tierra a la que venían temporeros, piwis -porque venían en invierno- y tras la guerra de Corea, coreanos, que llegaron a esta tierra desde todos los lugares a trabajar en las minas”, señaló Uriarte, un gallartino de pro que vino al mundo un 18 de septiembre de 1931.Los ojos de este hijo de mineros también sucumbieron a la emoción cuando los miembros del Coro Bodegón entonaron el himno a Santa Bárbara, patrona de los mineros. “Traigo la camisa roja, tranlaralará, tranlará, tranlará, de sangre de un compañero”, reza una de las estrofas que sirvieron a este antiguo juez de paz para recordar a autoridades y asistentes que los legajos “están ahí para acreditar el precio que pagaron los mineros para lograr el desarrollo que ahora disfrutamos”.

A este respecto, Uriarte -famoso por no tener pelos en la lengua- exhortó a los políticos a continuar en el resarcimiento que la sociedad actual tiene para con la historia minera y pidió a la alcaldesa de Abanto, Maite Etxebarria, “que hables con los alcaldes de la zona para que no se pierdan vestigios tan importantes de esta historia como los hornos de calcinación que aún siguen en pie”.

Continuidad

Toda una declaración de intenciones que extendió a los propios trabajadores y responsables del museo gallartino a los que invitó a que no se pongan límites en su encomienda. “Carmelo Uriarte ha hecho mucho, pero ha sido muy oportunista, porque muchas ideas han salido de gente que nos ha acompañado en este proyecto y mecenas que nos han ayudado. Carmelo quizás lo único que ha hecho ha sido llevarlo a la práctica”, expresó este veterano minero que ayer pudo verse en un vídeo de algunas de las múltiples actuaciones llevadas a cabo para recuperar piezas del patrimonio minero. ”A Carmelo solo le podíamos mostrar haciendo algo, si estuviera sentado en un despacho no sería él”, reseñó Haizea Uribelarrea, directora del Museo Minero. l