Cuando comenzaron las obras, el edificio se encontraba "prácticamente en la ruina", recuerda Tas Careaga. La iglesia de Santa Cruz de Las Barrietas de Sopuerta, edificada en el siglo XVI y reformada en el XVIII carecía de cubierta y parte de las paredes se habían desplomado. Aun así, el creativo multimedia la adquirió para rehabilitarla como vivienda. Residiendo en ella ha recibido la noticia del premio concedido a la restauración por el Colegio de Arquitectos Vasco Navarropremio concedido a la restauración por el Colegio de Arquitectos Vasco Navarro junto con otros once inmuebles.

"Nunca esperé que la intervención cobrara tanta repercusión. Estoy muy contento porque lo hice para mí y en ningún momento con ánimo de obtener reconocimientos", afirma. En Sopuerta le visitó el jurado del certamen "para ver cómo está ejecutada y preguntarnos tanto a mí como al arquitecto, Carlos Garmendia, de Garmendia & Cordero Arquitectos". Captaron su atención "ciertos muebles porque muchos los he diseñado y fabricado yo mismo, detalles como las escaleras, que son muy peculiares, que se accede al campanario a través de una puerta secreta que se abre de una biblioteca..." Detalles que marcan la diferencia "y a la gente le gustan" y la manera en la que el equipo resolvió temas técnicos: "cálculos, las bajantes de agua que no van por fuera, sino que están ocultas, etc.", por lo que "lo han valorado como una reforma peculiar muy bien ejecutada en su conjunto, no es cuestión de que simplemente se haya dotado al edificio de cubierta o que se trate de una iglesia, a un caserío se lo hubieran concedido igual".

Sin vigas

Culminada en 2019, la reforma se concibió "para que dispusiera de sus espacios" y permite "que entre mucha luz en el sentido de que no hay vigas porque gozas de toda la altura de diez metros hacia arriba". En el espacio que ocupaba el altar se ha acondicionado una cocina abierta a una amplia sala de estar que también conecta con la zona ajardinada exterior. Una estructura de madera crea una segunda altura para acomodar la habitación a la que se sube por escaleras de madera. Además, han respetado lo que se conservaba del edificio y han procurado que las partes reconstruidas sean fácilmente reconocibles.

A raíz de la visibilidad mediática de la iglesia de Las Barrietas, "hay gente que me ha llamado" interesándose por comprarla, pero "nunca se ha ejecutado nada ni hay interés, está todo muy en el aire". Sí que se lo pensaría si recibo una buena oferta" que le anime a "meterme en otro proyecto similar" como sucedió con su anterior domicilio. "Vivo en Sopuerta todo el año, es mi casa y en ningún momento he planteado la obra como una promoción para revenderla", reitera Tas.

Las Barrietas también ha copado titulares por razones ajenas a su historia o rehabilitación, cuando el pasado mes de septiembre Ezker Anitza-IU denunció que la iglesia está entre los bienes registrados por el Obispado de Bilbao con fines especulativos. El actual propietario del edificio se declara "el primer crítico con la Iglesia y la barbaridad que representan las inmatriculaciones". Ahora bien, "en este caso se han equivocado porque todo el proceso se ha llevado estupendamente". Así, el importe de la compra al Obispado "se lo quedó la parroquia de Sopuerta para que revierta en el municipio", argumenta.

En el Museo de las Encartaciones se conservan pinturas murales barrocas correspondientes a la ampliación de la iglesia, tapadas por un retablo que se instaló el retablo alrededor de 1760 y retiradas al deteriorarse el inmueble.