“No encontrábamos un espacio más adecuado, sobre todo por las dimensiones y lo céntrico que está y porque ya organizamos allí la exposición Sin rumbo fijo antes de la pandemia”. Razones que, según su director, David Arteagagoitia, llevan al palacio Horkasitas la exposición Open Portfolio. Para conmemorar el décimo aniversario del festival internacional en torno al arte y grabado sobre papel, una edición especial reúne en Balmaseda a cuarenta de los 150 artistas de años anteriores. Durante todo el fin de semana se podrá participar en talleres y exhibiciones técnicas en directo, admirar las obras y asistir a presentaciones de proyectos de entidades colaboradoras.El evento supone “una oportunidad de acercarse a distintos lenguajes, modos de ver y entender la gráfica que combinan la tradición y la modernidad”, de forma que el público que acuda “podrá disfrutar de primera mano de la obra de estos jóvenes creadores y adquirir originales de autor a un precio muy asequible”. “Nos caracteriza que los artistas están presentes, algo que no resulta muy habitual en las exposiciones colectivas”, puso en valor.

En conjunto se proponen “cuarenta discursos distintos y cada uno de ellos lo vincula a través de las técnicas de grabado, pero quizás lo que ha caracterizado el Open es una comunión entre las técnicas tradicionales de grabado y los nuevos medios creativos, desde buril o aguafuerte clásicos en plancha de cobre, a la vez que el artista puede presentar una pieza realizada mediante técnicas de impresión en tres dimensiones o trabajos digitales o de corte más de instalación o performativos”. La tecnología “no tiene por qué quitar valor a la obra del artista”. Por ejemplo, “en su momento la imprenta de Gutenberg implicó una revolución técnica y artistas como Alberto Durero y otros la humanizaron rápidamente y le dieron ese toque poético”. Actualmente sucede lo mismo con “las técnicas de impresión en tres dimensiones o digitales a la hora de la creación o la plataforma de Internet para producir arte, igual se ha invertido un poco el proceso en cuanto que ya no es la tecnología la que se aproxima al artista, sino que el artista se aproxima a la tecnología y le aporta ese giro”.

En ese escenario, con la pandemia “aparte de la vertiente emocional y humana que ha tocado a todo el mundo, el sector cultural se ha visto muy machacado, partiendo de la base de que no veníamos de un momento privilegiado”. Desde el punto de vista económico “hemos recibido un respaldo mínimo si lo comparamos con otros sectores productivos en la sociedad y, por otro lado, se alabó muchísimo el valor de la cultura durante el confinamiento, pero vemos que una vez superado esto las ayudas se van dirigiendo a los sectores productivos y no a los culturales”.

Sobre si la crisis del coronavirus empuja al alumnado a otras disciplinas en teoría con más salidas laborales, el director de Open Portfolio piensa que “la Universidad ya no es un espacio donde la gente va a formarse y aprender a pensar, por así decirlo, sino que lo entienden como una empresa donde van a obtener un título que les otorgará un acceso al mercado laboral”. A pesar de ello, “en Humanidades, por ejemplo, la carrera de Bellas Artes, todos los años cumple y cubre el 100% de las plazas, con lo cual entendemos que sigue existiendo un interés en la sociedad por el arte y la cultura”.