Varios centenares de personas tomaron parte ayer jueves en la manifestación vecinal convocada para exigir el final de la okupación registrada el pasado 28 de junio en una vivienda unifamiliar del barrio de La Escontrilla de Trapagaran. La manifestación transcurrió con normalidad, tal como había solicitado encarecidamente la familia del octogenario que ha visto okupada su vivienda, hasta que un grupo de unos 50 jóvenes rompió el cerco policial para acercarse a la vivienda okupada y lanzar piedras a la misma. Una actitud que provocó la actuación de la Ertzaintza que logró disolver al grupo de jóvenes. Posteriormente, y sobre las nueve menos diez de la noche, la Policía Vasca procedió a la detención de dos personas acusadas de atentado contra agentes de la autoridad durante los incidentes mencionados.

La manifestación comenzó en las inmediaciones del consistorio y quiso llegar hasta la misma vivienda pero no pudo. La intención originaria de los convocantes de la protesta -particulares- era finalizar su caminata ante la vivienda okupada. "El departamento de Seguridad del Gobierno vasco nos comunicó ayer que teníamos que modificar el lugar de la finalización que debía ser de 25 metros antes del funicular de Trapagaran. Asimismo, como ya habíamos pedido los familiares, se recordaba la obligación del uso de las mascarillas por la aglomeración de personas y el mantenimiento de las distancias de seguridad", informó José Antonio Pardal, sobrino de Jesús Sánchez, víctima de la okupación. Algo que sí se cumplió.

Malestar vecinal

Estas circunstancias no obstante no arredraron el ánimo de los presentes en la concentración, quienes con su presencia quisieron hacer patente su malestar con esta okupación que ha usurpado el usufructo de la vivienda del número 32 de la calle Funicular a su legítimo inquilino; un octogenario que lleva habitando esta propiedad desde 1956. "No entendemos que los derechos de algunas personas tengan más valor que los de otras. Mi tío Jesús lleva viviendo toda su vida en esta casa y ahora que ha debido ausentarse de ella por cuestiones de salud se enfrenta al hecho de que aunque quiera no puede volver porque se la han okupado", protestaba su sobrino José Antonio, quien desde hace varios meses, en sus ratos libres, estaba llevando a cabo diversas reformas "para mejorar la calidad de vida de mi tío cuando volviera a Trapagaran".

Por su parte el Ayuntamiento de Trapagaran declaró en un comunicado que se remite a la resolución judicial que se adopte, en lo referente a la okupación de la vivienda sita en la calle Funikular nº 32, por tratarse de una cuestión jurídico civil privada a resolver entre la propiedad y los okupantes.

Del mismo modo el Ayuntamiento Trapagaran intentará, en la medida de lo posible y con los medios a su alcance, evitar cualquier tipo de enfrentamientos entre las personas. Finalmente la junta de portavoces municipal reseñó que el Consistorio "llevará a cabo un seguimiento de la familia okupante, a través de sus Servicios Sociales".

Por su parte la familia de Jesús sigue adelante con la tramitación para presentar una demanda civil al tiempo que el sobrino del octogenario denuncia el intento de "difamación que está circulando sobre mí, acusándome de intentar contratar a alguien para que echara a los okupas. ¡Lo que me faltaba!", indicó Pardal.