Desde que se pusieron a trabajar en enero, cada día era diferente, condicionado por las subidas y bajadas de los contagios. Si para los adultos está resultando muy complicado lidiar con la incertidumbre del coronavirus, no lo es menos en el caso de los niños, cuyo mundo se volvió del revés en marzo de 2020. Como en muchos otros lugares, en Gordexola están dando una lección de cómo afrontar esta etapa y lo cuentan en una exposición realizada desde el Consejo Municipal de la Infancia que podrá contemplarse hoy viernes en la biblioteca entre las 16.30 y las 20.30 horas.

"A las niñas y niños se les ha preguntado poco en todos estos meses. Hemos creído que los expertos tienen todas las respuestas, pero la mirada infantil es distinta siempre, y ahora es fundamental para traer los colores de vuelta al pueblo", explica Peru Calabaza, dinamizador del Consejo de la Infancia. Una mirada que al mismo tiempo llama a la unión de la localidad para superar la pandemia juntos.

¿Qué aprendimos durante el confinamiento? ¿Cómo nos prepararíamos si viniera otro encierro? ¿Qué mapa de emociones nos han producido las condiciones en las que hemos vivido estos meses? ¿Cómo podemos contribuir a mejorar la calidad de vida en esta situación? ¿A qué se puede jugar en las actuales condiciones para respetar las medidas sanitarias? Son algunas preguntas que responden "componiendo un canto a la vida desde el trabajo en grupo para dar un impulso a la energía comunitaria que necesita nuestro pueblo".

El confinamiento supuso una dura prueba también para los niños, privados del colegio y los juegos con sus amigos, pero "aprendieron varias cosas" como enumeran en el material de la exposición: aprendieron a cocinar, aprendieron más sobre sus familias, la importancia de los besos y los abrazos, a sacar partido a elementos que estaban olvidados en casa, a aburrirse y combatir el aburrimiento o a tener paciencia. Ni se les pasa por la cabeza repetir encierro, pero desde la experiencia adquirida saben cómo se prepararían. Por ejemplo, agrandado los balcones o llenando la despensa en previsión de no poder hacer tantas compras. Y también proponen a las autoridades que se tuviera más en cuenta a la infancia facilitando los paseos en el exterior o permitiendo que acompañaran a sus padres en los trámites del día a día, para respirar al aire libre.

Miedo, claustrofobia, tristeza, cansancio y también confianza, amor o tranquilidad... los más pequeños de Gordexola no esconden sus sentimientos más íntimos en estos años que siempre recordarán para lo bueno y lo malo.