Entraron el pasado jueves y el sábado sobre las 8.05 horas saltó la alarma de la primera incidencia atendida desde la nueva base de bomberos en Enkarterri, situada en Zalla: “una alarma de incendio en una vivienda cercana”, según desveló el jefe del parque, Asier Luja. No se movieron mucho, pero si hubieran tenido que hacerlo tampoco habría representado un problema. La ubicación de Zalla con salida directa al corredor del Kadagua constituye uno de los mayores avances con respecto a la anterior localización, en el límite con Balmaseda, que permanecía en activo desde 1974. Ahora, “acortamos la respuesta a emergencias, ganamos unos minutos con lo importantes que resultan en estos casos”.

El edificio principal, de 815 metros cuadrados útiles por los 200 del anterior, se ha construido en una parcela de 5.800 metros cuadrados con dependencias que aportan un salto de calidad para los seis cabos, treinta bomberos y dos sargentos, coordinados por un jefe de zona desde Urioste, que desempeñan su labor en el parque zallarra para 32.000 personas de diez localidades con una media de 300 intervenciones al año. Dos de cada tres se realizan en Balmaseda, Güeñes y Zalla.

“El espacio es el beneficio más notorio”, valoró Asier Luja. Por ejemplo, dispone de un aula de formación que quieren abrir también a colectivos externos que precisen asesoramiento en materia de prevención de riesgos, pueden ejecutar “todo tipo de maniobras” que les ayuden a prepararse para “accidentes de tráfico o químicos” y la torre de ejercicios de sótano, planta baja y otras cuatro más les permite prepararse para “trabajos verticales o fuegos en viviendas”, con la reconstrucción de una habitación preparada para este tipo de prácticas. Utilizan, asimismo, el puesto de guardia, oficina vestuarios -incluyendo el femenino con la incorporación de más bomberas en perspectiva, actualmente hay una- y acceso independiente para poder desprenderse de los equipos que hayan podido verse contaminados y limpiarse adecuadamente. “La emergencia evoluciona día a día y tenemos que adaptarnos”, manifestó el jefe del parque. En este sentido, los protocolos de respuesta están mucho más definidos. “Ya no funcionamos de forma que salta la alarma y salen las primeras personas en acudir, sino que cada una sabe lo que le corresponde hacer”, describió. Se mantienen en contacto mediante emisora con la central de Urioste. En el piso superior se encuentran cocina, área de estar, gimnasio y dormitorios.

Renovación de vehículos

En cuanto a la dotación móvil, “se ha renovado la mitad de los vehículos”. La flota se compone de una autobomba urbana pesada, otra forestal y otra nodriza, una autoescala completamente automática, un furgón de útiles varios, un todoterreno y un vehículo de mando. En una zona de almacén se guardan equipamiento y herramientas como cuchillas quitanieves, bombas, carros de arena o esparcidores de sal.

La Diputación “seguirá cumpliendo su compromiso” con la comarca, garantizó el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria demostrando que, pese a la situación de pandemia, “estamos trabajando servicios en públicos”. Este proyecto “va a mejorar la vida en la comarca es un ejemplo para otros”, como la inminente apertura de la oficina de atención foral en Balmaseda y, fuera de la comarca, el parque de bomberos de Busturialdea para 2022.

Este “momento largamente esperado ha llegado gracias a la colaboración interinstitucional”, resaltó el alcalde de Zalla, Juanra Urkijo, quien puso en valor que “contamos con instalaciones modernas y recortamos tiempo de respuesta”, ante alcaldes y alcaldesas de Enkarterri, la diputada de Administración Pública y Relaciones Institucionales, Elixabete Etxanobe; el director general de Emergencias y Protección Civil, Pedro Izaga; y bomberos, que dibujaron un arco de agua a modo de inauguración con dos camiones cisterna.