Ciego desde que apenas tenía dos años de vida, Iñaki Cornejo ejerce de Pepito Grillo en el patronato de la Fundación Museo de la Minería de Gallarta desde donde hace proselitismo militante para que esta institución sea plenamente inclusivo para acoger a todo tipo de visitantes. Padre de dos hijos veinteañeros, este fisioterapeuta jubilado anticipadamente por una enfermedad ósea ejerce de Relaciones públicas e institucionales del museo abantoarra.

¿Le molesta que le consideren un poco el Pepito Grillo de la entidad por su afán en la lucha por la inclusión?

-No, porque al fin y al cabo es un objetivo que debe convertirse en un elemento propio de nuestra tarjeta de visita. Tratamos de que los contenidos del museo sean accesibles para toda la gente, tengan o no diversidad funcional y sea esta del tipo que sea: física, sensorial o psíquica. Se trata de que todo el que nos visite salga con la misma impresión, la misma satisfacción por lo que ha visto, oído o percibido a través del tacto durante la visita a nuestro museo. Es una labor ardua pero poco a poco se van dando pasos en esta dirección.

¿En qué momento se encuentra este objetivo?

-Igual hasta ahora hemos hecho más hincapié en solucionar los problemas que podían tener las personas con diversidad funcional física y desde hace unos años hemos empezado a abordar de manera más amplia la diversidad visual, tal vez porque a mí me atañe de cerca. Hasta ahora se contaba con algunos recursos como pequeñas reseñas en el lenguaje braille y por supuesto las audio guías. En el caso de la diversidad física, tal y como hemos hecho con personas ciegas o con dificultades visuales, hemos realizado algunas visitas específicas.

Parece que el objetivo es ambicioso. Hablaba de la diversidad funcional física como la mejor atendida. ¿A qué se refiere?

-Al hecho de que ahora mismo el interior del museo así como la casa restaurada que acoge la cantina minera son plenamente accesibles para las personas con movilidad reducida. Además, el año pasado dimos un paso muy importante en la mejora de la accesibilidad en la parte exterior del museo con la creación de una plaza dotada con rampas y barandillas. Ahora el reto es lograr mejorar los accesos a la zona trasera del museo donde se exponen grandes piezas de la industria y la minería y solventar la conexión de las aceras del museo con el edificio de la Ekoetxea ya que hay pequeñas dificultades entre la carretera y la acera que dificultan el uso de las sillas de ruedas.

Señalaba anteriormente que en el caso de la diversidad funcional visual habían hecho alguna experiencia recientemente. ¿En qué ha consistido?

-Justo antes del confinamiento del pasado mes de marzo habíamos hecho una experiencia con una visita al museo de un grupo de doce personas ciegas o con bajo nivel de visión. Estuvimos viendo el vídeo del museo y fue lo que más críticas tuvo porque se echó de menos que el vídeo fuera más descriptivo pero luego la visita fue muy amena y resultó un éxito porque lo bueno que tiene este museo es que se pueden tocar las cosas, desde los minerales, las vagonetas, las herramientas,... Tuvo mucho éxito la sección de hospitales con las camillas, las muletas o las patas de palo. Fue entretenido.

Aunque imagino que sería difícil seguir los contenidos gráficos y documentales de la pinacoteca.

-Al igual que en la mayoría de los museos, también en este el tema gráfico y documental es muy relevante. A este nivel sin duda juegan un papel importante las nuevas tecnologías como las aplicaciones móviles que permiten acceder a los contenidos mediante códigos QR con los que podemos acceder a aplicaciones y programas de voz que nos leen el contenido y si no pues lo que nos hace falta es que alguna guía nos interprete o nos describa las fotografías o nos lean los textos. En esta visita, en el Museo de la Minería combinamos ambas posibilidades lo que hizo que la experiencia fuera muy gratificante.

Entiendo que esta experiencia sirvió de punto de inflexión para poner en marcha la nueva propuesta de audio guía para las exposiciones temporales.

-Era un tema que ya teníamos en cartera pero después de ver el resultado de la visita con el grupo y constatar la necesidad de explicar o describir las imágenes ponerlo en marcha con la exposición de las Jornadas Europeas de Patrimonio dedicadas a la educación y las escuelas de barriada parecía una gran ocasión para realizar una audio guía explicativa. Para ello contamos con la colaboración de Alberto Bargos que puso su voz, acostumbrada a hablar en público, a esta guía que iba describiendo la muestra por secciones. La audio guía está colgada en nuestra web.

La exposición acaba de finalizar pero ya imagino que estarán pesando en una nueva. ¿Se hará también audio guía?

-Va a ser una exposición de un especialista de la minería del carbón en la que podremos observar una gran colección de lámparas mineras. La idea en este caso es que el propio autor que es quien mejor conoce el tema sea quien ponga la voz a la narración de lo que se está presentando en la exposición.

¿La exposición también podrán verla personas con diversidad psíquica?

-Al igual que con el caso de las personas con diversidad visual también hemos hecho visitas con gente de Adizmi porque al igual que con las diversidades funcionales visuales, si no tienes nadie que te explique lo que hay allí, no te llama entrar a un museo. En el caso de las personas que vinieron de Adizmi lo que hicimos es adaptar el contenido de la visita a su capacidad comprensiva.

Una apuesta ilusionante por la inclusión. ¿Cuál será el próximo reto?

-Este camino por la inclusión ya está iniciado y seguiremos con él adelante, aunque el reto que perseguimos desde el Museo de la Minería es lograr que algún día se pueda visitar la mina de Bodovalle.