“La diversidad ideológica, religiosa y cultural de nuestra sociedad plural, como la transformación constante que se produce en la manifestación de sus costumbres y actos sociales”, como traslada el alcalde, Aitor Larrinaga, ha llevado a Balmaseda a elaborar una ordenanza que regula la celebración de funerales u homenajes civiles en espacios públicos. Una “demanda social” que da la opción de preparar despedidas que no sean de cuerpo presente -en todo caso con cenizas- “dignas y coherentes con los principios” de quienes no comulgan con los oficios religiosos.

Los espacios asignados, así como el aforo de cada uno de ellos, se determinarán mediante decreto de Alcaldía. Las solicitudes deberán tramitarse en el registro municipal o en el servicio de atención a la ciudadanía.