ADAR a contracorriente sumerge en la incertidumbre, pero a veces tiene su recompensa. La primera edición del premio Enkarterri Open Lab, concedido por la asociación de desarrollo rural Enkarterrialde en reconocimiento a la innovación en el sector agroalimentario de la comarca, ha reafirmado la apuesta ecológica que emprendió hace medio siglo la cuarta generación familiar al frente de Vista Alegre Baserria: los hermanos César y José Valera y la mujer de César, Helen Groome, empezando por reducir drásticamente el número de vacas: "de entre 40 y 45 a entre 20 y 25", concreta ella, que llegó a Karrantza desde Northampton, Inglaterra, en los años ochenta para investigar de cara a su tesis doctoral y se afincó en el valle por amor.

Las instalaciones de la empresa que lleva cuatro generaciones en familia están en el barrio de Matienzo.

"Es un camino largo, pero con la ayuda apropiada merece la pena", asiente convencida pese a que en algún momento les embargaron las dudas porque sus pasos no concordaban con la tónica general en otras explotaciones. La política ecológica se traduce en que "dejamos de utilizar productos químicos de síntesis, garantizamos que no hay más de dos vacas por cada hectárea, el 75% de lo que comen procede de la granja y no empleamos transgénicos". Solo con estas pautas "las vacas se desestresan porque no están hacinadas" y, en consecuencia, "enferman menos". Así, las "mastitis, problemas en las patas o abortos espontáneos" prácticamente han desaparecido. El ordeño se lleva a cabo de manera natural, "porque así aprovechamos para examinar a las vacas". En contrapartida, la producción se ha reducido "de treinta a alrededor de 23 litros de leche por vaca y día" con el resultado de "leche pasteurizada, pero no por UHT; cruda, queso fresco, tierno, maduro y afinado y yogur". Lo comercializan por varias vías. El 25% de la producción se destina al mercado Gure Lurreko Merkatua de Bilbao, ferias y gente que se acerca a su granja en el barrio de Matienzo. El resto, se distribuye en "pequeñas tiendas ecológicas" en entornos cercanos. Aunque no han activado la venta a través de su página web, www.vistaalegrebaserria.com, sí están suscritos a la plataforma BBK Azoka.

Su rutina transcurría entre el trabajo de campo y la asistencia a las charlas en Balmaseda del programa Enkarterri Open Lab hasta que irrumpió el coronavirus. El engranaje de Vista Alegre Baserria no se interrumpió en ningún momento. Los siete empleados, todos de Karrantza, "lo que genera un efecto multiplicador en cuanto al empleo" y tres de ellos mujeres, acudieron a su puesto ya que "reforzamos los protocolos de prevención", asegura Helen. Al vivir a solo 200 metros, han alimentado a los animales sin dificultades en el confinamiento, que han vivido "sintiéndonos privilegiados" por residir en un entorno natural. A día de hoy "no hemos registrado ningún positivo en la empresa" y los que se detectan en el valle "están muy localizados".

Menos ventas por el virus

Con la desescalada han constatado que las ventas han bajado en torno a un 30% por los cierres de restaurantes o colegios y las cancelaciones de ferias. Además, han suprimido las visitas en las que enseñaban a turistas el proceso de elaboración de sus productos para evitar riesgos. Los clientes que se acercan deben hacerlo con mascarilla y no entran en el interior.

En el día a día, mantienen las costumbres. Los lunes a las 5.00 horas ya están pasteurizando leche y elaborando queso fresco y finalizan sobre las 13.30. Por las tardes, los miembros de la familia regresan para alimentar a los animales. Los martes a las 7.00 horas se pone en marcha la furgoneta de reparto, miércoles y jueves a la misma hora continúan con la elaboración de quesos. Los viernes se dedican a la leche pasteurizada y yogur, acuden a una residencia de Orduña y preparan el género para el mercado de los sábados en Bilbao y el domingo ultiman los detalles de cara a la siguiente semana. Dentro del plan de reestructuración han cuidado establecer libranzas un fin de semana completo de cada tres y coger un mínimo de dos semanas de vacaciones durante el año para que todos puedan desconectar. "El proyecto está funcionando y en el día a día es muy bonito, lo ecológico no es nada radical, sino solamente cambiar el modelo de producción", defiende Helen, saboreando la inyección de "autoestima" que les ha supuesto el premio de Enkarterrialde.

"Hemos reducido el número de vacas a la mitad y no usamos químicos ni transgénicos"

Vista Alegre Baserria