LOS Karmenak de Barakaldo siempre han sido una herramienta para que la ciudadanía fabril mostrase su cariño y reconocimiento a las personas y colectivos que trabajan por la prosperidad del municipio. Normalmente, a esas personas o entidades cuya labor hace de la localidad fabril un municipio mejor, se les reconoce con la distinción de ser pregonero o txupinero en las fiestas.

Así ocurrió en el año 2015 cuando el pregón corrió a cargo de la Schola Cantorum de San Vicente en reconocimiento, por aquel entonces, a sus 75 años de labor en favor de la cultura y, más concretamente, de la música en Barakaldo. Junto a la Schola Cantorum, personalizado en la figura del presidente de la entidad, Javier Urraca, se subieron al escenario de la Herriko plaza representantes de la Asociación de Mujeres de Lutxana, colectivo que fue distinguido como txupineras de aquella edición de los Karmenak que trajo una novedad.

Y es que, por vez primera, como previo a la lectura del pregón y el lanzamiento del txupin, los pregoneros y la txupinera del año anterior (el Comedor Social de Cáritas y la actriz Maribel Salas en aquella ocasión) cedieron el testigo a los pregoneros y txupineras de ese año en un acto que se ha mantenido desde entonces. No era la primera vez que la Schola Cantorum leía el pregón festivo, puesto que en 1990, con motivo de su 50 aniversario, la formación de San Vicente fue la encargada de dar comienzo a las fiestas.

15

Karmenak de Barakaldo en carteles

Un cuarto de siglo más tarde repitieron experiencia y lo hicieron ante una Herriko plaza abarrotada en una jornada calurosa. Tras la lectura del pregón por parte de la Schola Cantorum, la Asociación de Mujeres de Lutxana lanzó el txupin que al estallar dio inicio a ocho días de fiestas que empezaron con un pequeño susto. Justo nada más empezar las fiestas, en el recinto de barracas de Ansio una atracción se averió en pleno viaje e hizo que la noria se parase con una veintena de personas a bordo. Los bomberos tuvieron que intervenir durante cuatro horas, pero, finalmente, no hubo que lamentar daños y, desde ahí, los Karmenak fueron toda una fiesta en 2015.