La cima del monte bocinero Kolitza estará mañana mucho menos poblada de lo habitual tratándose del último fin de sábado de mayo. Aunque el Consistorio ha cancelado la romería al abrigo de la ermita por la prohibición en vigor de organizar festejos en el monte, gracias a una crónica difundida en el perfil de Facebook de la agrupación Balmaseda entre cantones los vecinos podrán viajar al pasado en el cuadragésimo aniversario del establecimiento de la fecha actual. El evento es heredero de las peregrinaciones para rogar por la salud frente a las pestes en las que algunas fuentes ubican el origen de la Pasión Viviente. Paradójico que una pandemia diera pie a la subida y otra la haya anulado…

“Revolviendo entre papeles durante el confinamiento”, el historiador Miguel Ángel Álvarez halló un escrito “fechado el 26 de mayo de 1980, cuya autoría desconozco, pero me consta que existen varios ejemplares”.

Dos fiestas

Al encontrarnos en fechas “casi coincidentes con las de 1980, publicamos el escrito en redes, reivindicativo, pero al mismo tiempo cordial, de aquellos cuya forma de protestar consistió en seguir celebrando la romería el lunes, aunque no contaran con el respaldo de las autoridades civiles y religiosas”. En consecuencia, “actualmente se mantienen ambas”.

Según el texto original, la tradición marcaba “desde hace más de 400 años” subir al Kolitza, “en cuya cumbre está situada la ermita bajo la advocación de San Sebastián, San Roque y San Fabián” el lunes 26 de mayo, segundo día de Pascua de Pentecostés, “en agradecimiento por liberarles de la peste que asoló Balmaseda”. En 1980 el acuerdo del Ayuntamiento, “sin efectuar una consulta popular, como se ha hecho en otras ocasiones”, trasladó la fiesta al sábado.

Entonces unos sesenta vecinos decidieron continuar con la antigua fecha. A falta de sacerdote, “el ermitaño don Francisco Las Fuentes nos dirigió unas palabras, bendijo los campos pertenecientes a los concejos colindantes, se honró a la amatxo de Begoña y se besaron las reliquias de los tres patronos de la ermita, haciéndose una colecta” para el templo, reza el texto. Comida y una larga sobremesa completaron la jornada.