Una moneda siempre tiene dos caras y, en ocasiones, los proyectos urbanísticos también tienen su cara y su cruz. Ayer, en el pleno del Ayuntamiento de Portugalete se dieron cita los vecinos de la calle Federico Martínez, un colectivo que lleva luchando tres años contra un proyecto que les deja "emparedados", y las familias de El Roble que debieran ser realojadas en el lugar en el que el primer proyecto para esta zona de Repelega contemplaba crear casas para que estas personas fuesen realojadas tal y como se acordó hace ya trece años. Unos, sin perjuicio de los otros, mostraron ayer su descontento con la situación actual y es que, mientras los vecinos de Federico Martínez ven cómo se ha "incumplido el acuerdo de crear un proyecto con la participación real del vecindario", las familias de El Roble están "cansadas de esperar y esperar a ser realojados".

Los vecinos de Federico Martínez iniciaron su lucha hace más de tres años. La actuación que contemplaba el Plan Especial les dejaba "emparedados" y sin las suficientes zonas verdes en el barrio. Por lo cual, decidieron visibilizar su causa para la que recogieron 4.000 firmas. Lograron el compromiso de que ese nuevo proyecto se haría "con la participación real de los vecinos". Asimismo, el 13 de septiembre de 2019 se aprobó por unanimidad en el Parlamento vasco una Proposición No de Ley que recoge, tal y como informó Raquel Flores, representante de los vecinos de Federico Martínez, que "el Plan Especial debe servir para realojar a los vecinos de El Roble, debe atender a las demandas de los vecinos de Federico Martínez y ha de atender el sentir de los 4.000 vecinos que quieren que reserven espacios para disfrute de la ciudadanía".

Estos vecinos aseguran que lo que debía ser un proyecto con participación real de los vecinos, no ha sido así. "No han cumplido con lo acordado. En diciembre nos enteramos por un comentario que se hizo en el pleno de que la modificación del Plan Especial había entrado en el Ayuntamiento el 23 de septiembre. Se ha tramitado, se ha devuelto y está a la espera de un Informe de Impacto Ambiental al que no han esperado y han ido dando otros pasos.", aseguró Flores.

Trece años de espera Mientras el Plan Especial de Repelega tarda en desarrollarse y parece no convencer a todas las partes, la espera de los vecinos de El Roble se prolonga. Llevan trece años aguardando a ser realojados y están cansados de esta situación. "Estamos hartos. Estamos cansados de ver cómo se paraliza, se reformula el plan y no se cumple el contrato de realojo que firmamos en 2007. Solo queremos que los realojos se efectúen cuanto antes", aseguró Jesús Pocero, vecino de El Roble.

Este vecindario se encuentra, además, con la imposibilidad de hacer reformas o mejoras en sus actuales casas lo que hace que su calidad de vida se vea mermada, mientras aguardan a ser realojados en sus nuevos hogares.