Zalla - La residencia de Zalla “es un bien municipal y, por tanto, corresponde al Ayuntamiento liderar y trabajar para que resulte atractiva”, sostiene el alcalde, Juanra Urkijo. El asilo tiene un “problema de ingresos” por la bajada en el número de usuarios y el último presupuesto del anterior equipo de gobierno de Zalla Bai era “demasiado optimista”. A fin de garantizar su funcionamiento e impulsar inversiones que ayuden a revertir la situación, el pleno celebrado ayer dio luz verde a una transferencia de crédito de 300.000 euros.

Las cuentas del ejercicio 2019 aprobadas a finales del pasado año contemplaban una partida de 2,2 millones destinada a la residencia que, según Zalla Bai, suponía un máximo histórico para la infraestructura. Sin embargo, “se ha producido una desviación de 180.000 euros”. También en diciembre, se aprobó, con el voto negativo del PNV y la ausencia de EH Bildu en la sesión, el aumento y equiparación de las tarifas que abonaban los usuarios a lo propuesto por la Diputación. Era una de las medidas recogidas en el informe encargado a una empresa externa que invitaba, además, a valorar el cierre o un ERE a la plantilla si las acciones propuestas no surtían efecto frente al descenso de ocupación. Entonces, el grupo jeltzale solicitó inversiones “urgentes y reales” para revitalizar “un activo de nuestro municipio”. Y desde el sindicato ELA criticaron “que la junta rectora aprobara con los votos favorables de Zalla Bai y la abstención del PNV no cubrir permisos ni bajas cortas de menos de una semana, ajustar ratios asistenciales, reducir a la mitad la jornada de la auxiliar administrativa y no cubrir incidencias laborales ni vacaciones”.

“Moneda de cambio” La portavoz de EH Bildu, Nela de Diego, reiteró ayer la advertencia de su formación en el sentido de que, en cuanto a la residencia, las cuentas de 2019 perseguían “cuadrar objetivos políticos que no compartíamos”. En la misma línea, el representante socialista, Josu Montalbán, recriminó que “en los últimos años este tema se haya utilizado como moneda de cambio con instituciones superiores cuando quien más tiene que decir es el Ayuntamiento”. La residencia precisa “una modernización y planteamientos más amplios”.

Zalla Bai reclama la implicación de la Diputación y la Mancomunidad, recortar gastos, “un plan de inversiones, un plan de marketing, actividades dirigidas a usuarios de grado uno o la conversión de las estancias donde residían las religiosas en pisos para personas sin grado”, enumeró la edil María Gallarreta. - E. Castresana