HAN volado a otro continente, a África, pero no emplearán sus vacaciones en playas paradisíacas ni safaris exóticos. Jóvenes de Güeñes y Zalla aprovechan el verano para tender la mano sobre el terreno en sendos proyectos que Ayuntamientos impulsan en Senegal y Gambia en colaboración con ONG locales. Una experiencia que les cambiará la vida y que se han tenido que ganar desde Enkarterri. A lo largo del año han organizado numerosas actividades para llamar la atención sobre las condiciones de vida en estos lugares y recaudar fondos que contribuyan a mejorarlas.

Siete zallarras, Álvaro, Amaia, Andoitz, Ane, Iraida, Leire y June, regresan hoy de la población de Bijilo, enclavada en Gambia, donde han permanecido todo el mes de julio. “Han trabajado en la escuela de la ONG Sunu Buga Buga”, explican desde el Gazte Zentroa municipal. Fundada en 2012 por la getxotarra Verónica Hormaechea con la contribución del gambiano Ebou Nyang, “poco a poco ha ido creciendo consolidándose con voluntariado y ayudas que prestan consistorios como los de Getxo y Zalla”. Su objetivo es proporcionar a los lugareños educación herramientas para que la región alcance la sostenibilidad con sus propios recursos. Zalla ya estrechó lazos con Sunu Buga Buga en 2014 con un resultado satisfactorio que ha animado a repetir experiencia.

Antes de partir, los adolescentes prepararon talleres, manualidades y bailes con los que se han divertido en la escuela a la que acuden niños y niñas de la comunidad, “incluyendo danzas vascas”. También han colaborado en los preparativos de la fiesta de fin de curso, coincidiendo con el último día de su propia estancia.

Pero el trabajo comenzó mucho antes desde Zalla, cuando se presentó la iniciativa y la agenda empezó a llenarse de actos para llenar la bolsa solidaria: “talleres en el Parque Infantil de Navidad, karaoke solidario, presencia en el Ardo Eguna de mayo o pintxo pote solidario en los bares” con los que se han obtenido “aproximadamente 3.000 euros”. En otoño “otros dos voluntarios viajarán a Bijilo” para cumplir su sueño de poner su granito de arena con acciones in situ.

Una vivencia similar a la de a joven de Güeñes Yaiza Rebollo, que se encuentra en Senegal, participando en el programa de campos de trabajo para el voluntariado de la ONG Hahatay en el municipio de Gandiol. Se compone de 28 aldeas que aglutinan a más de 28.000 personas con un importante punto de encuentro en el centro cultural Aminata: la obra del fundador de Hahatay, Mamadou Dia y la arquitecta Nerea Nerea Pérez-Arróspide, a quien la construcción está dedicada a título póstumo.

Varios jóvenes de Güeñes ya lo conocen fruto de varios años de unión con la ONG a través del programa Bolunta de servicio municipal de Juventud, Gugaz. Durante el curso dinamizan numerosas actividades por las que suman créditos, como la venta de pintxos en la txarriboda de La Quadra o de copas en la feria de San José. Precisamente ese día recibieron la visita de Mamadou Dia y su compañero Assane Dieye, que se quedó en la localidad. El fin, “aprender ganadería y elaboración de productos como queso para aplicarlo después en su tierra”, indican desde Gugaz Güeñes.