Sopuerta - “Cerca de cuarenta carrejos, uno por cada barrio” llegaron a estar diseminados por el casco urbano, según rememora Javier de la Colina, aficionado del club de bolos de la localidad. De todos ellos solo pervive el de Santa Ana, que redobla su actividad estos días para exhibir el potencial de la cantera. No solo acogerá en agosto los campeonatos de Euskadi y España promesas en la modalidad de pasabolo, sino que también albergará las finales del torneo de fiestas patronales durante el fin de semana. La de Sopuerta es “desde hace dos años, la única escuela infantil de Bizkaia, donde llama la atención la cantidad de niños inscritos”. Actualmente aglutina casi tantos chavales como los carrejos de antaño: “cuarenta”, cuyas edades abarcan desde los 3 hasta los 17 años, “y todos de nuestra localidad”, según explica su monitor, Víctor Rey.

Beci, Abellaneda, Carral, Mercadillo, Los Cotarros, El Crucero, Las Rivas, El Arenao, Castaño, el Sel, Mina María, Alén, Las Rivas, Las Muñecas, El Alisal, el centro San Viator? Todas estas zonas contaban con carrejos a mediados del siglo XX en Sopuerta, de ahí que nadie disputara a los bolos y en particular al pasabolo tablón, muy arraigada también en Burgos y Cantabria el título de deporte rey. En esta modalidad se trata de derribar los bolos con una bola de entre cuatro y ocho kilos de peso de manera que sean lanzados a través de un tablón hacia una serie de líneas delimitadas en el suelo, hasta siete a un máximo de setenta metros en categoría adulta. Cuantas más crucen, mejor.

Poco a poco “los carrejos fueron desapareciendo del municipio porque muchos estaban enclavados en las zonas mineras y al agotarse los yacimientos mermó la población y otros se abandonaron” a medida que otros deportes restaron protagonismo a los bolos. Quizás su céntrica ubicación salvó al de Santa Ana “construido en 1911” con reformas posteriores en la que se convertiría en área deportiva por excelencia de Sopuerta al sumarse el campo de fútbol, las piscinas y un frontón cubierto.

En este carrejo tiene su cuartel general desde su creación “en el año 2012” la escuela ligada al club de bolos que también se llama Santa Ana, “uno de los más importantes del panorama en este deporte”. Desde los 3 y 4 años, los niños y también niñas frecuentan la bolera y van practicando su puntería “en verano casi todos los días, porque les dejamos las llaves y pueden acceder cuando quieran”. En septiembre, “se reenganchan con el fútbol y el resto de disciplinas que practiquen”.

El periodo estival coincide con la temporada alta de torneos a nivel supramunicipal y las citas de fiestas, como “Barakaldo, Muskiz, Laredo y Ampuero”. En Sopuerta ejercerán de anfitriones para las finales del campeonato de las celebraciones patronales de Santa Ana. Tras las últimas rondas eliminatorias de mañana y el viernes, la liga de primera se decidirá el sábado y la de segunda, el domingo. Los pequeños afrontan otras dos convocatorias estelares en el calendario.

El 4 de agosto, Sopuerta albergará el campeonato de España de jóvenes promesas y el día 24 del próximo mes, el torneo de Euskadi. En el de Bizkaia, en junio, los jugadores de la escuela encartada coparon todas las inscripciones.

Sin duda, darán lo mejor de sí para reeditar los sobresalientes resultados del año pasado. Del club de Sopuerta salieron los campeones estatales infantil y juvenil, los mejores jugadores infantil, alevín y juvenil y los campeones de España por parejas en la liga de segunda, “además de otros puestos de honor reflejados en numerosos podios”.

Desde los 13 años ya pueden acceder a una ficha federada que les abra la puerta a seguir progresando en el escalafón. La agrupación bolari de Santa Ana dispone de “unas cincuenta fichas de adultos”.