Zalla - Esta vez bajan de las cumbres para circular a pedales por vías verdes y carreteras secundarias buscando nuevos rincones que descubrir. En su cuarta edición, el proyecto del Camino Encartado mantiene el kilometraje de 250 kilómetros y el paso por diez localidades de la comarca, pero los seis deportistas participantes, que tomarán la salida en Zalla lo completarán en bicicleta de montaña.

El próximo sábado, 13 de julio “a las 7.00 horas frente al Ayuntamiento de Zalla” se pondrán en marcha Olga Osante, Iker Lezama, Ion Millán, Guipu Ramos, Eduardo Caldera y Javier Zorrilla, aunque “invitamos a que la gente nos acompañe para hacer más visible esta iniciativa”, invita Zorrilla. Todos han tomado parte en distintas ediciones, si bien la de la semana que viene se diferencia de otros años no solo por la modalidad elegida, sino también porque variará el sentido de las etapas. De forma que “en lugar de ir primero hacia Karrantza y alrededores, lo haremos al revés”, describe.

Así, desde Zalla se dirigirán a Gordexola a través de la carretera de San Cosme para después enfilar hacia Güeñes “por la vía verde que discurre paralela al río”. Por el puerto de Humaran alcanzarán Galdames y “a través de la vía verde de los Montes de Hierro llegaremos a Sopuerta”. Como “trataremos de pasar por los ayuntamientos” se desviarán hasta el barrio de San Miguel de Artzentales para continuar a Turtzioz, Lanestosa y Karrantza. El último tramo les conducirá desde el valle más extenso de Bizkaia a Balmaseda y, finalmente, de regreso en Zalla.

Calculan que harán su entrada “procedentes de La Herrera y el área recreativa de Bolumburu, aproximadamente a las 22.00 horas”, del mismo día 13 de julio. “No queremos que se nos haga demasiado de noche a pesar de que se trata de un entorno que conocemos ” y “nos gustaría culminar el circuito rodeados de un grupo grande de ciclistas y vecinos que quieran unirse” para celebrar el cuarto reto cumplido.

Acostumbrados a participar en pruebas ultra trail de gran exigencia física entrenan a fondo desde hace semanas en varios tramos del Camino Encartado y en otros eventos de resistencia física. Sobre todo los fines de semana intentando cuadrar sus ocupaciones laborales y períodos de vacaciones.

Ya en la carretera, estarán apoyados por un equipo logístico que garantice el suministro de “ruedas, llantas o herramientas” en caso de avería y se turnarán al volante si alguno de ellos quiere pedalear. Contarán con la experiencia de uno de los componentes de la expedición, Iker Lezama, que planifica itinerarios en bicicleta con su empresa Bizkai Route con creciente aceptación por parte de deportistas, procedentes incluso de otros países.

Con el cambio de formato a la modalidad non-stop la fatiga y el sueño se perfilan como los enemigos a batir porque “cuando te pega, te pega y no se puede hacer nada”. Sin embargo, en el aspecto psicológico los cinco días de la primera edición de 2016 resultaron más duros al prolongar el tiempo en ruta y enfrentarse al anochecer. “Solo dormimos en cama un día, pero al final mereció la pena, completamos el desafío y los ayuntamientos se portaron genial con nosotros”, destaca Javier Zorrilla. En cada localidad recogieron una pieza que representaba la orografía de los municipios y, al final, completaron un puzzle que luce en la Mancomunidad. La caminata se repitió en 2017 con salida en Balmaseda y en 2018, en Galdames. El año pasado Javier Zorrilla y Carlos Gutiérrez concluyeron los 250 kilómetros.

El objetivo de los promotores del Camino Encartado es “que no deje de celebrarse”, desea Javier Zorrilla. Aunque transcurridas diez ediciones, las que se corresponden con los municipios que cruzan, quieren hacerse a un lado para que otros cojan el testigo sin descartar “continuar vinculados de alguna manera, por ejemplo, ejerciendo de guías para las personas interesadas”.

Señalización Convencidos del potencial de los paisajes encartados apuestan por la señalización de un sendero de gran recorrido (GR) que permita trazar un itinerario por la comarca a finalizar en una o varias etapas, a elección de los deportistas. “Se podría sellar una acreditación similar al modelo del Camino de Santiago, ya se pensaría la fórmula”, propone. Incluso a ellos les sorprendió toparse con joyas camufladas en el paisaje como “los restos de una calzada cerca de Lanestosa que no pudimos atravesar porque había bastante maleza”.

Lo que está claro es que “dinamizaría recursos turísticos, sector de alojamientos y hostelero de la comarca”. Los aventureros de fuera que hacen un alto en el camino y aparcan las zapatillas de deporte “quieren saber qué pueden hacer en su tiempo libre en Enkarterri” y hay opciones turísticas y alojamientos atractivos para enriquecer la estancia.