Sestao - Hay mil y una maneras de contar la historia y el artista sestaoarra Josu Ortega Salas ha encontrado en las composiciones hechas con pluma y tinta la manera de narrar y trasladar la de Sestao. Así, hasta mañana, la Escuela de Música acoge la exposición Sestao Ayer y Hoy, que recoge la evolución del municipio desde que se independizara como concejo allá por el año 1805, a principios del siglo XIX. “Esta exposición persigue mostrar la historia de nuestro pueblo a la juventud, y, también, hacer recordar a los mayores cómo era el Sestao de antaño”, reconoce Josu, un sestaoarra de pura cepa licenciado en Bellas Artes.

En total, son cerca de medio centenar de composiciones de pluma y tinta las que conforman en esta muestra. En ellas, el protagonismo recae, sobre todo, en edificios y casas que, por el progreso y los cambios experimentados por la localidad ya no forman parte de su paisaje, pero sí de su recuerdo. De esta manera, entre los edificios que ha retratado Josu de cara a esta exposición destacan instalaciones históricas de la localidad como, por ejemplo, el primer Ayuntamiento, la escuela de artes y oficios, el Alto Horno María Ángeles, la iglesia de Nuestra Señora del Carmen y el mercado de San Pedro, entre otros. Tras todas las obras que componen esta exposición hay año y medio de trabajo, tiempo en el que Josu, quien trabajó en la localidad sestaoarra durante dos décadas como hostelero, ha recuperado la imagen de varios edificios del municipio y ha reflejado algunos que siguen vigentes como el Puente de Kaiku y el caserío Landa, edificio en el que se alza el mítico bar El Charro junto al actual Ayuntamiento de Sestao. “Me encanta la historia y más la de mi pueblo”, reconoce este artista que pretende alimentar con la exposición el legado histórico de Sestao en los últimos dos siglos.

En este aspecto, al haber desaparecido muchos de los enclaves que Josu refleja en sus obras, la labor de investigación y documentación ha sido otra pata muy importante dentro de este proyecto que, tal y como indica, “es al que más cariño guardo” de todos los que ha desarrollado a lo largo de su carrera. Así, antes de ponerse ante el lienzo en blanco ha observado diverso material gráfico de cada localización para, de este modo, representar fielmente todos los detalles. Y, por la acogida que está teniendo la exposición, Josu ha dado con la tecla. “Por aquí han pasado ya cerca de mil personas y los comentarios que me han hecho los asistentes son muy buenos. Ha habido hasta quien se ha emocionado al ver la casa en la que nació o en la que vivió”, explica este artista que reconoce que inició estas obras “por amor a mi pueblo y a su legado”. Un tránsito histórico marcado por los altibajos, por la eclosión de la revolución industrial y la depresión, un siglo después de la desindustrialización, ambos pasajes históricos que han situado a Sestao como un referente en Euskadi.

segunda parte Tras la grandísima acogida que ha cosechado esta exposición en la que Josu ha vendido varios cuadros y algunas réplicas de las composiciones que la conforman, Josu Ortega ya está iniciando lo que será la segunda parte de este reto de retratar los últimos dos siglos de Sestao a pluma y tinta. “He empezado a trabajar en la que será la segunda parte del proyecto, aún hay muchos lugares de Sestao antiguos y actuales que puedo convertir en obra”, reconoce.

Será, de nuevo, un trabajo arduo no solo de creación, sino también de investigación, de búsqueda de fotos en diversos fondos documentales, pero en el que también serán muy importantes algunos de los testimonios que está recabando. “La gente mayor te comenta detalles, te dice que al lado de tal o cual lugar que he dibujado había otro caserío... Te da muchas pistas”, señala Josu Ortega. Él, con sus trazos de pluma y la tinta que emana la misma, pone imagen y arte a gran parte de la intensa historia de Sestao.