L mundo cabe en la cámara de Gonzalo Azumendi. Con su certera mirada, su motivación, su filosofía y su brillantez, este getxotarra ha capturado incontables y dispares lugares del planeta: de aquí, de allá y de más allá. Este fotógrafo de viajes freelance -ahora, la pandemia le ha obligado a pisar el freno- y su colorista trayectoria acaba de ser reconocida por la Sociedad Geográfica la Exploradora.

Gonzalo busca que el factor humano presida sus obras. "Me gusta reflejar la emoción del vivir, la diversidad de la humanidad y la belleza de las distintas razas y culturas", explica el artista. Por eso, el estallido del coronavirus ha tenido para él otro daño colateral, además de las mayores dificultades para viajar. "Lo que más me gustan son las grandes fiestas de multitudes, donde te pisan, te maltratan, se basa mucho en fotografiar a personas y no tanto paisajes. Me gusta la gente. Así que todo esto de la pandemia es un lío para mí. Ahora, estoy yendo a espacios más naturales, que me encanta, pero me aburro más", reconoce. Además, en su opinión, "para un fotógrafo, sacar fotos de gente con mascarilla es un poco frustrante. Encima no es un tema estimulante ni gracioso". Así que, en cierto modo, este getxotarra está regresando a sus orígenes. Y es que al revisar su carrete, se visualizan cumbres. "Empecé sacando fotos en la montaña, de escalada... Estamos hablando del siglo pasado, cuando nadie hacía fotos, salvo que intencionadamente quisieras hacerlas y llevaras una cámara. Había que arrastrarla. Si, por ejemplo, ibas a escalar, era un artefacto más con el que cargar", rebobina Gonzalo. Han transcurrido unos cuarenta años, pero en tiempo tecnológico eso es... otra era. "¡Eran cámaras analógicas y luego había que revelar las fotos! Ha cambiado tantísimo... Todo el lenguaje ha cambiado, porque encima nos tiramos muchísimas fotos a nosotros mismos. Hoy en día, lo más curioso es que el 75% de las fotos que vemos en las redes sociales son personales. Esa evolución hemos vivido. Estamos muy influidos por la cultura de la redes", reflexiona.

Sin fronteras

Este fotógrafo saltó de las montañas al mundo y, entre otros aventuras, durante más de quince años, trabajó de un lado para otro documentando para la Unesco los lugares más recónditos del Patrimonio Mundial. "Era muy emocionante. Igual tenía que ir a Pakistán a buscar ciudades perdidas que ni ellos sabían dónde estaban. Había ese componente de emoción. En ese momento, la fotografía era una manera de descubrir el mundo y atraparlo", asegura.

Gonzalo conoce el mapa terráqueo de norte a sur y de este a oeste. Ha retratado, ha participado en proyectos como el libro oficial de El Canal de Panamá y ha nutrido a innumerables guías de viajes. También sus fotos reposan en más de quinientos libros de diferente temática, calendarios... y han dejado huella en exposiciones como Getxophoto, Santander Photo, o el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Asimismo, tiene un espacio en la web de viajes de National Geographic; en la sección National GeographicReceta de una foto, desvela todos los misterios de sus imágenes. "Me he movido por mi cuenta para luego tratar de vender el trabajo y también he ido con proyectos más atados. He combinado ambas cosas. Lo que ocurre es que últimamente es mejor viajar ya con temas más cerrados, porque como hay tantísimas fotos de todo, no tiene mucho sentido, por ejemplo, ir a los Juegos Olímpicos de Tokio y luego tratar de vender las fotos; hay tanto material de ello que es arriesgado. En tal caso, tiene que ser un proyecto que te interese mucho o ser algo excepcional", admite el artista.

Su sentido del humor y su talante optimista quedan reflejados en sus instantáneas. "Para mí, fotografiar es respirar. Cada toma, representa una inspiración para vivir, para sentir el mundo y relacionarme", destaca. Tiene desafíos, metas que cruzar, barreras que romper. "En mí, ha habido una evolución para intentar una foto más diferenciada, creo que el gran reto es que tu foto se diferencie de cualquiera que tenga un móvil. No hay que repetir machaconamente lo que ya está hecho, hay que darle a la imaginación para hacer algo distinto", aconseja. Así Gonzalo seguirá llegando lejos.